El Gobierno navarro, gobernado desde las elecciones autonómicas de 2015 por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, ha decidido aplicar una nueva normativa para aquellas empresas subcontratadas -cuyo contrato exija un servicio de atención al público- por las administraciones locales. La nueva legislación obliga a las compañías a elaborar un plan de euskera para que los trabajadores se formen en esta lengua. Cabe recordar, que los hablantes de euskera en la comunidad foral son solo el 6,7% de la población total.
La medida está levantando polémica en Navarra debido a que no se introducirá en función de la zona en la que trabaje la empresa. Es decir, aunque la compañía subcontratada haga su labor para un ayuntamiento de un pueblo del sur de la región, donde apenas hay hablantes de euskera, deberá tener elaborado un plan de euskera y formar a sus trabajadores en el conocimiento de la lengua. Desde Unión del Pueblo Navarro (UPN) han presentado una enmienda a esta norma, que consideran "desproporcionada e injusta". Sin embargo, desde el Gobierno nacionalista-izquierdista creen que esta ley es"un guiño para el avance del euskera".
Esta norma se enmarca dentro de un proyecto de ley que tiene por objeto reordenar la contratación pública para valorar más las cláusulas sociales y medioambientales en detrimento de la oferta económica. El objetivo de este cambio, según el Ejecutivo liderado por Uxue Barkos, es evitar las "ofertas temerarias" a costa de perpetuar la precariedad laboral.
Las empresas 'huyen' de Navarra
Por otro lado, después de ganar las elecciones de 2015, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra decidieron subir el IRPF, el Impuesto de Patrimonio y el Impuesto de Sociedades. Concretamente, se subió el tipo aplicable del IRPF entre 0,5 y 4 puntos a partir de los 32.000 euros de base liquidable –el tipo máximo se elevó del 48% al 52%–. Se restringieron las deducciones por las viviendas calificadas como VPO. El mínimo exento del Impuesto de Patrimonio se redujo de 800.000 euros a 550.000, el umbral de tributación se situó en un millón de euros –anteriormente era de 1,5 millones–. Finalmente, en el Impuesto de Sociedades se subió el tipo a las grandes empresas del 25% al 28% y a las pymes y micropymes del 19% al 23%.
Por todo ello, a Navarra le está costando recuperar los niveles económicos previos a la crisis. De hecho, entre 2009 y 2012 -los años más duros de la recesión-, se crearon más empresas al año en Navarra que en la actualidad. Durante ese período nacieron más de 900 compañías al año en la comunidad Foral, mientras que en los tres últimos cursos se ha superado por poco las 800 empresas.
En 2016, Navarra vivió la segunda mayor fuga de empresas tras Cataluña. Durante esos doce meses, fueron 76 las compañías que decidieron trasladar su domicilio fiscal fuera de territorio navarro. Según publica Diario de Navarra, aunque en los primeros meses de 2017 se asentaron 16 empresas más de las que se fueron -se marcharon 57 y se trasladaron 41-, la cifra de negocio de las compañías que se fugan es mucho más alta que de las que llegan. Concretamente, el volumen de negocio de las empresas que salieron de Navarra sumaba 232 millones de euros, mientras que la misma cifra de las 57 empresas que llegaron ascendía a 14,5 millones. Es decir, solo en seis meses la comunidad presidida por Uxue Barkos perdió 217 millones de euros.
En 2016 la pérdida de riqueza por facturación empresarial fue de 347,4 millones de euros. A finales de 2015, fueron 86 las compañías que se trasladaron de esta región y entre todas ellas sumaban un volumen de negocio de 1.634,3 millones de euros. Es decir, sumando solo finales de 2015, 2016 completo y los seis primeros meses de 2017, Navarra ha perdido 2.198,7 millones de euros por facturación de sus compañías.