El desafío separatista catalán está haciendo mella en la economía de la región. No solo se ha notado en la fuga masiva de empresas de Cataluña, sino que también se ha reflejado en los depósitos bancarios. Según los últimos datos publicados por el Banco de España, 29.119 millones de euros salieron de las sucursales bancarias catalanas rumbo a otras regiones de España.
Desde el referéndum ilegal del 1 de octubre, han comenzado a florecer numerosas cuentas espejo –se trata de abrir una cuenta corriente en una sucursal distinta a la de origen, en este caso registrada en otra autonomía–. Este movimiento es algo nuevo en España, aunque sí se registraron tendencias similares en Grecia, Chipre e Irlanda después de ser rescatados por la Unión Europea.
A pesar de que las entidades están protegidas por el paraguas del Banco Central Europeo, el miedo se ha apoderado de muchos catalanes, que han decidido asegurar su dinero trasladándolo fuera de Cataluña. Según informan desde Think Tank Civismo, la región catalana sufre uno de los mayores desequilibrios entre créditos y depósitos -este indicador muestra la salud a corto plazo de los bancos-. En el caso catalán, la ratio es de 1,29 créditos concedidos por cada depósito, frente al 1,09 de la media nacional.
Los depósitos bancarios han crecido en toda España durante 2017, salvo en Cataluña y en Murcia -donde la caída fue tan solo del 0,28%-. Curiosamente, en las regiones limítrofes a Cataluña es donde más han aumentado los depósitos bancarios respecto a 2016. En Aragón se registró un aumento del 11,52%, lo que supone 3.762 millones más; en la Comunidad Valenciana el crecimiento fue del 8,82%, 8.642 millones de euros más; mientras que en Baleares aumentaron los depósitos un 7,74%, 1.791 millones de euros.
Por el momento, Madrid sigue siendo, con bastante diferencia, la que mayores depósitos bancarios tiene. La capital terminó 2017 con 348.254 millones de euros en sus sucursales, un crecimiento del 4.32% respecto a 2016. Los fondos bancarios madrileños suponen el 29,7% del total del España, que terminó el año con 1,17 billones de euros, un aumento de 52.623 millones de euros respecto a 2016.