El Gobierno es optimista. La economía española mantendrá el rumbo de los últimos años y crecerá un 2,7% en este año. Se crearán casi medio millón de puestos de trabajo y la tasa de paro caerá al 15%. Y todo ello manteniendo el superávit con el exterior y con las exportaciones creciendo casi un 5%.
Este martes, Román Escolano presentaba su primer cuadro macro como ministro de Economía. Era un estreno tranquilo. El "Escenario Macroeconómico incluido en el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado 2018 (PGE)" sólo tiene buenas noticias. No es sólo que haya crecimiento (eso se daba por hecho) sino que mejoran las previsiones, que ya eran optimistas, planteadas en otoño. De esta manera, en octubre el pronóstico para la economía española era de un 2,3% de subida del PIB para este año 2018. Ahora esa previsión sube al 2,7%. Y lo mejor para el Ejecutivo es que incluso esa nueva cifra se antoja conservadora: ya son muchos los analistas que apuestan por un crecimiento del 3% para el presente ejercicio.
Además, este 2,7% está acompañado de muchas otras cifras positivas. Escolano ha destacado, sobre todo, las que tienen que ver con las exportaciones. Tras cinco años de crecimiento en las ventas al exterior, para este año se prevé un incremento adicional del 4,8% (frente a un 4,1% de subida de las importaciones). En total, el sector exterior contribuirá con cuatro décimas al crecimiento del conjunto de la economía.
Esto es llamativo no tanto porque suponga una ruptura respecto a lo ocurrido en los últimos años como por la continuidad de lo que no deja de ser una novedad en términos históricos para la economía española. Tradicionalmente, a nuestro país le ha costado mucho generar crecimiento sin que este fuera asociado con el endeudamiento con el exterior. En este sentido, el nuevo ministro de Economía ha querido destacar lo importante que es que se mantenga la capacidad de financiación frente al resto del mundo en el 1,8% del PIB (incluso con un déficit de las administraciones públicas que seguirá siendo superior al 2% del PIB). Todo esto no es casualidad: el desapalancamiento del sector privado durante esta crisis ha sido muy importante. De hecho, la deuda privada en términos de PIB ha pasado del 218% al 160% de 2010 a 2017 (justo lo contrario de lo que ha ocurrido con las cuentas públicas).
En lo que tiene que ver con las exportaciones, otras dos noticias acompañan a las buenas cifras totales. En primer lugar, las previsiones de crecimiento de la Eurozona y de los demás mercados en los que están presentes las empresas españolas también son muy positivas. De esta forma, la zona Euro mantendrá un buen ritmo expansivo, que el Gobierno anticipa que alcanzará el 2,4% (frente al 1,8% que se preveía en octubre) y los llamados "mercados de exportación" alcanzarán un 4,5% para este año. En esa eterna discusión sobre los "vientos de cola" que impulsan a la economía española, parece claro que el impulso del exterior también ayudará a que se mantenga la senda expansiva.
Todo esto tiene un reflejo sobre el tan traído y llevado "cambio de modelo productivo". Y sí, parece que se consolida la tendencia de los últimos ejercicios y que puede decirse que España saldrá de la crisis con un patrón de crecimiento diferente respecto al que tenía en la última etapa expansiva. Así, Escolano ha dedicado parte de su intervención al siguiente cuadro, en el que puede verse como las exportaciones han crecido en 10 puntos de PIB desde una cifra muy parecida a la caída del peso de la construcción en la renta nacional. "Somos una potencia exportadora", ha llegado a afirmar el ministro, que ha asegurado que esta evolución es la mejor prueba de la "economía de la competitividad" que define el actual momento de nuestro país.
Por último, lo más importante para el ministro de Economía: los datos de empleo. Si se cumplen las previsiones de su departamento, España creará medio millón de puestos de trabajo a lo largo de 2018, lo que llevará la tasa de paro al 15% (seguirá siendo la segunda más elevada de la Eurozona tras Grecia, pero ya muy lejos del 26% que llegó a marcar) y se acercará mucho a la meta de 20 millones de ocupados que Mariano Rajoy siempre pone como objetivo para 2020. Según este cuadro macro, podemos cerrar el año con 19,5 millones de empleos, prácticamente los niveles máximos previos a la crisis (el récord se consiguió en el tercer trimestre de 2007, con 20.753.400 ocupados, según la EPA).