La cámara baja del Parlamento de Austria votó ayer jueves a favor de retirar la prohibición del consumo de tabaco en todos los bares y restaurantes que iba a entrar en vigor el próximo 1 de mayo.
Se prolonga así, por tiempo indefinido, la actual situación en la que se autoriza a los establecimientos pequeños elegir si permiten o no fumar, y obliga a los de mayor tamaño a tener dos zonas separadas para fumadores y no fumadores.
Según las informaciones recogidas por la agencia austriaca de noticias APA, la coalición gubernamental ha votado a favor de retirar la prohibición, mientras que la oposición ha votado en contra.
Para Heinz-Christian Strache, del ultranacionalista Partido Liberal (FPÖ), esta situación beneficia a "fumadores, no fumadores y propietarios de restaurantes". Strache no ha querido dar su brazo a torcer ni siquiera después de constatar la gran popularidad que ha adquirido una iniciativa titulada Don't smoke (No fumes, en inglés) para celebrar un referendo sobre este tema. Más de medio millón de personas ha firmado una petición oficial pidiendo que la prohibición siga en pie.
Tanto el Gobierno como la patronal gastronómica esgrimen argumentos económicos y de libertad de elección, como el riesgo de que la prohibición total del tabaco merme los ingresos del sector.
Como parte de su pacto de coalición, el partido ultraderechista y los conservadores del canciller, Sebastian Kurz, acordaron poner fin a la prohibición, al tiempo que afirmaron que podría convocarse un referéndum en 2022 si se recababan 900.000 firmas.
Médicos y un grupo contra el cáncer organizaron la petición oficial que, según el sistema actual, obliga al Parlamento a abordar un asunto en caso de que se recojan al menos 100.000 firmas. Esa cifra fue alcanzada tres días después del lanzamiento de la campaña, el 15 de febrer, pero los organizadores han mantenido la campaña en marcha como muestra de fuerza. La recogida de firmas seguirá abierta hasta el 4 de abril.