Desde el arranque de la presente legislatura, los distintos ayuntamientos gobernados por Podemos y sus marcas blancas han apostado sin rubor alguno por disparar las ayudas concedidas a entidades afines. El caso de Ahora Madrid es paradigmático: Manuela Carmena y su equipo llevan ya dos años tejiendo una maraña de jugosas ayudas que, en opinión de PP y Cs, constituyen una red clientelar en toda regla.
Quizá se ha hablado menos de lo que está pasando en Barcelona, pero no por ello hablamos de un episodio menos grave. En lo que va de legislatura, el gobierno local que lidera Ada Colau ha disparado las subvenciones concedidas por el Ayuntamiento de la Ciudad Condal a organizaciones como el Observatorio DESC, para el que trabajó la propia regidora.
Bajo gobierno de Xavier Trías, el Observatorio DESC suscribió un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona en el que también estaba involucrada la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), otra de las organizaciones por las que ha pasado Colau. Entonces, las aportaciones de la Administración local al Observatorio DESC eran de 150.000 euros al año.
Sin embargo, una vez concluyó su primer año de gobierno, Ada Colau revisó este convenio y modificó el monto de las ayudas concedidas desde el Ayuntamiento, llevándolas a 254.777 euros. Tras este primer aumento llegó una segunda mejora, ocurrida en 2017, que elevó las transferencias municipales hasta los 267.016 euros al año, un 78% más.
Los lazos del equipo de gobierno de Colau con el Observatorio DESC no se limitan a la propia alcaldesa. Algunos de los más destacados miembros de su equipo, como Gerardo Pisarello y Jaume Asens, han formado parte de la Junta Directiva de la entidad. Además, una de las concejalas del gobierno barcelonés es Gala Pin, extrabajadora de la organización, mientras que una asesora del Ayuntamiento (Vanesa Valiño) y la responsable de comunicación del consistorio (Águeda Bañón) provienen igualmente del Observatorio DESC.
Pero las ayudas a esta entidad son solamente la punta del iceberg. Como ha denunciado el portavoz popular en la Ciudad Condal, Alberto Fernández, las subvenciones concedidas a dedo por el consistorio se han multiplicado de forma exponencial, pasando de 11 a 24 millones de euros durante el último año.
A esto hay que sumarle el toque de atención que ya hizo la Intervención General del Ayuntamiento el pasado año, cuando advirtió al equipo de gobierno de Ada Colau que las subvenciones nominativas o directas son un mecanismo de aplicación excepcional, que no debe emplearse de forma recurrente para canalizar el gasto del Ayuntamiento.