La organización Global Entrepreneurship Monitor ha publicado un nuevo informe en el que mide las iniciativas emprendedoras de 54 países del mundo. España no sale nada bien parada, ya que ocupa el puesto 44 de 54 -aunque ha mejorado respecto a 2016 y 2015-.
Solo el 31,9% de los españoles percibe buenas oportunidades a la hora de emprender un proyecto empresarial. Quizá por ello, solo el 5,6% tiene intenciones de crear una empresa -un dato que coloca a España en el puesto 51 de 54-. La gran amenaza es el miedo al fracaso -el 39,2% asegura que su principal temor es no tener éxito-. En el caso de Suiza el miedo al fracaso es diez puntos más bajo que en España.
Esas son las percepciones, pero los datos no son tampoco halagüeños al compararlos con el resto de países. La actividad emprendedora total fue del 6,2% en 2017 -un punto más que en 2016-. La baja calificación coloca a nuestro país en el puesto 46 de 54. Es decir, España es uno de los países donde menos iniciativas empresariales nuevas nacen. Aunque, en el lado positivo cabe señalar que el dato obtenido es considerablemente mejor que en 2016 y en 2015, cuando la tasa se situó en un 5,2% y en 5,7%, respectivamente.
Donde España sí sale mejor parada es en la tasa de empresas establecidas, es decir de aquellas que se crearon y han conseguido mantenerse. Con un 7,1% nuestro país ocupa el puesto 26 de 54. Mejor nota consigue en el nivel de creación de empresas entre hombres y mujeres: España es el décimo sexto más igualitario en el número de compañías creadas entre hombres y mujeres.
Según el informe, la sociedad española es de las que menos reconoce el valor y el impacto de los emprendedores en la economía. De hecho, el país ocupa el puesto 50 de 52. Quizá por ello, los españoles no valoren como un cambio bueno el hecho de emprender y crear su propia empresa -este parámetro nos sitúa en el número 40 de 52-.
Las causas de estos resultados, según Global Entrepreneurship Monitor, son la falta de educación empresarial en la escuela, la política gubernamental impositiva y burocrática -España está en el lugar 46 de 54 en este parámetro-, las dinámicas del mercado interno, la cultura y las normas sociales y las infraestructuras físicas.
Donde España encuentra sus grandes problemas que impiden mejorar el emprendimiento en el país es en las dinámicas y la burocracia del mercado interno. La legislación empresarial de España, los trámites administrativos y los impuestos son las barreras que frenan el emprendimiento, según se puede observar en el estudio. A ello se une una falta de cultura empresarial en la sociedad y las carencias del sistema educativo respecto al mundo de la empresa y de la economía.