La población española destaca por su longevidad. Un español vive 83 años de media, únicamente menos que los habitantes de Hong Kong, Japón e Italia, según datos del Banco Mundial. Los españoles viven mucho y cada vez más, ya que la esperanza de vida ha crecido en siete años desde 1985 a 2015.
Un aspecto a destacar del grupo de países con una mayor longevidad es que, existiendo relación entre mayor renta y esperanza de vida, éste no es el factor determinante. Prueba de ello es que Grecia y Portugal se sitúan en el top 20, mientras que EEUU, a pesar de ser un país mucho más rico, está muy por detrás, cerca de la posición 50.
La pregunta es, ¿por qué viven los españoles tanto en comparación con otros países? En Europa, únicamente los italianos tienen una longevidad mayor que los españoles, y ambos figuran en una posición destacada por su dieta mediterránea. Apenas uno de cuatro españoles no toma ninguna pieza de fruta u hortaliza al día, según Eurostat, la mitad que alemanes u holandeses.
En cambio, la proporción de la población que no fuma es relativamente baja en España, al suponer cerca de un 74%, casi 10 puntos menos que suecos o británicos.
Otro parámetro de referencia sobre la salud es la actividad física. En este caso, la comparativa tampoco resulta favorable, dado que algo más de la mitad de los españoles no hace ningún ejercicio, muy por debajo de los países nórdicos. Dicho lo cual, y dentro de los países con un clima similar, griegos italianos o portugueses dedican incluso menos tiempo.
Por último, en España, uno de cada seis habitantes es obeso, nivel ligeramente superior al 15% del promedio de la Unión Europea o al 11% de Italia. Tampoco la masa corporal es un positivo indicador de salud para los españoles.
Gasto en Sanidad y medicamentos
En resumen, ni el consumo de tabaco, ni la actividad física ni la masa corporal podrían explicar la mayor longevidad. Sí lo sería, por el contrario, la dieta alimenticia. Sin embargo, hay otro factor no vinculado con los hábitos de vida y sí con el gasto en sanidad que es relevante. El gasto en sanidad de los españoles es más reducido que en economías comparables, pero no así en medicamentos
España tiene el quinto mayor gasto europeo en sanidad, algo coherente con el tamaño relativo de su economía. Pero lo más significativo en este ámbito es su financiación. Así, al contrario de lo que pueda pensarse, el gasto sanitario que financian las familias, ya sea mediante un seguro privado o desembolsos puntuales, asciende al 29%, superando el ocho puntos el promedio de las cuatro grandes economías europeas.
Una comparativa per cápita, y ajustado por el poder de compra de cada país, muestra como en España el gasto se sitúa en la parte media, ocupando la posición 16, por debajo de las economías más comparables con la española. En concreto, el gasto sanitario per cápita en España se sitúa en 2.300 euros al año, menos que Reino Unido o Italia -también por debajo de la cota de 3.000 euros-, Francia -3.500 euros- y Alemania- algo más de 4.000 euros-. Aparte de Alemania, en la parte alta del ranking se situán Suiza y los países nórdicos.
Pero siendo el gasto total moderado, lo más significativo es la partida destinada a medicamentos -aquí se incluye también el gasto en equipos y material médico-, ya que supone el 22% del total, el octavo más alto de Europa, por encima de Reino Unido o Italia.
Y dentro del consumo de medicamentos, resulta relevante que mientras un 93% de la población española de más edad consume medicamentos con receta -únicamente por detrás de los checos en Europa- tan sólo el 13% lo hace sin ella -la menor tasa en Europa-.
Por tipo de medicamento, y dentro de 26 categorías de productos que identifica la OCDE, el consumo de los españoles en ocho se sitúa dentro del top 10, algunos con un consumo muy elevado, como el relativo al estómago -125 dosis por cada 1.000 habitantes, a la cabeza-, sistema nervioso -270 y puesto 4ª- o sanguíneo -138 y 8ª posición-. Hay, por tanto, razones para afirmar que en España existe sobremedicación.
Efectos de la sobremedicación
Existe un indicador de longevidad más cualitativo que toma en consideración los años que en promedio la población vive con buena salud o en ausencia de enfermedad. En este caso, los españoles pierden cinco posiciones en el ranking internacional de longevidad, al tener su población una vida libre de enfermedades de 72 años y los 11 restantes con problemas de salud, superior en año y medio al promedio de los países que le preceden.
Una de las razones podría ser el uso de medicamentos, consumo que se sitúa por encima de la media y que, de alguna forma, sería un factor que también contribuye a la longevidad de los españoles. Nos encontramos con una situación de posible sobremedicación que, a su vez, provoca una mayor dependencia entre la población de mayor edad y, por consiguiente, también más vulnerable.
El progresivo envejecimiento demográfico convierte la salud y su financiación en una cuestión cada vez más relevante. Según las estimaciones de la Comisión Europea, un 14% de la población española en 2020 tendrá entre 65 y 80 años, y un 6% 80 años o más, 2 puntos más que en 2013. A más largo plazo, la proporción de población con 80 años o más ascendería al 10% en 2040.
Un interesante análisis de Fedea propone una posible solución para contener el gasto en medicamentos que sería establecer copagos -parte del coste que debe cubrir el paciente- más bajos en aquellos grupos de medicamentos donde existe una mayor eficacia o valor terapéutico -como los cardiovasculares- y más altos en otros grupos de donde se observa sobreconsumo -como los antibióticos, por ejemplo-.