Román Escolano acaba de tomar posesión como nuevo ministro de Economía. La agenda que se va a encontrar el sucesor de Luis de Guindos no es precisamente cómoda. Esta misma semana, sin ir más lejos, se ha estrenado en el Eurogrupo, donde la percepción de nuestro país ha mejorado sustancialmente, aunque sigue habiendo incomodidad debido al elevado déficit fiscal que siguen registrando nuestras Administraciones.
Pero esto no ha hecho que Escolano se limite a seguir los pasos fijados por De Guindos. Y es que el nuevo ministro tiene una hoja de ruta propia, que implica nuevos nombramientos y también nuevas prioridades estratégicas. En este sentido, el pasado Consejo de Ministros sirvió para certificar el desembarco de su nuevo jefe de gabinete.
El elegido para el cargo es Tomás Nasarre, que deja así su cargo como director de la oficina de Irene Garrido, la secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa que sonó como posible sustituta de Luis de Guindos. Nasarre es licenciado en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Madrid y pertenece al Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado.
A lo largo de su carrera, el nuevo jefe de gabinete de Romás Escolano ha completado distintos cursos de formación superior (Máster en Gestión Internacional de la Empresa, Máster en Dirección de Entidades Financieras…) y ha pasado por empresas como Iberdrola, su principal parada en el sector privado.
Nasarre trabajó en Nueva York, en la Oficina Económica y Comercial de España en la Gran Manzana. Además, ha pasado por distintos cargos del Tesoro, de modo que conoce bien los mecanismos de financiación de las Administraciones Públicas. El nuevo jefe de gabinete es, además, hijo de Eugenio Nasarre, un histórico del centro-derecha español que empezó en Izquierda Democrática, tuvo cargos de responsabilidad en la UCD y llegó a las filas del PP en los años 90, sirviendo como número dos de Esperanza Aguirre en el Ministerio de Educación y como diputado de la formación azul entre 2000 y 2015.
Continuismo, pero con nuevas prioridades
La llegada de Escolano al Ministerio, que le supone 200.000 euros menos de sueldo cada año en comparación con su trabajo en el Banco Europeo de Inversiones, también implica un giro en cuanto a la estrategia que seguirá su departamento de gobierno. A nadie escapa que su antecesor en el cargo, Luis de Guindos, pasó de aprobar importantes cambios en sus primeros años al frente del Ministerio a defender que España "puede vivir doce años de las reformas aprobadas" entre 2012 y 2014. No es esa la línea que quiere defender Escolano, que en su primera intervención como ministro ya esbozó las líneas estratégicas de la nueva etapa que acaba de empezar.
Escolano considera que "el sector financiero ya no es motivo de preocupación", un espaldarazo a las decisiones que tomó su antecesor para solventar el colapso de las cajas de ahorro. ¿Qué le quita el sueño, entonces, al nuevo ministro? Si nos ceñimos a su discurso inaugural, "la estabilidad presupuestaria", "las reformas" y "la apertura exterior" son los tres ejes en torno a los que va a girar su gestión.