El desarrollo de nuevos modelos de negocio en el ámbito turístico ha generado un creciente debate sobre la hipotética tensión con el acceso a la vivienda que podrían generar estas nuevas propuestas empresariales. La Red Floridablanca organizó recientemente una mesa redonda orientada a discutir estas cuestiones desde un prisma liberal-conservador.
El empresario del sector inmobiliario José Luis Ruíz Bartolomé apuntó que "en la Comunidad de Madrid se estima que hay 200.000 viviendas dedicadas a alquileres tradicionales, diez veces más que el alquiler turístico. El grueso de los domicilios están en régimen de propiedad, no podemos olvidar eso".
"En pocos años hemos visto que España ha pasado de 60 a 80 millones de visitantes extranjeros. Lo que nos dice eso es que estamos ganando atractivo y, por tanto, tenemos que ser flexibles y adaptarnos para sacar todo el partido a ese aumento de las perspectivas de negocio. Las nuevas tecnologías actúan sobre el precio, creando alquileres más asequibles que están pensados para esas personas que viajan a conocer nuestro país. Son, por tanto, una forma de permitir el crecimiento de ese mercado", señaló.
Según Ruíz Bartolomé, "los precios del alquiler están subiendo en las grandes ciudades, pero el fenómeno no se concentra solo en las zonas en las que hay más viviendas turísticas, sino que se extiende por todas las demarcaciones de las capitales. Además, no lo olvidemos, los informes de EXCELTUR reconocen que el crecimiento del turismo empieza a tener un tope porque los hosteleros están operando muy cerca de su máximo de capacidad, de modo que las aplicaciones permiten mantener esa senda alcista y generar más riqueza para el conjunto de la economía".
"Hay una intervención desbocada del Estado"
El arquitecto y urbanista Gonzalo Melián apuntó que "nuestras ciudades están secuestradas por el Estado. El urbanismo en España es socialismo puro y duro. Por eso tenemos un problema: porque la demanda va a más, pero la oferta está hiperregulada y no se permite el ajuste inherente a una economía de mercado. Es increíble que se esté convirtiendo a las viviendas turísticas en el chivo expiatorio, porque la culpa de lo que nos pasa viene precisamente de una intervención desbocada del Estado en la vivienda, el suelo, el sector inmobiliario y el desarrollo de la ciudad".
Melián destacó que "el turismo va aumentando y el bienestar está disparándose en todo el mundo debido al progreso que genera la globalización. Eso nos beneficia porque cada vez más gente sale de la pobreza y tiene la oportunidad de insertarse en la clase media global, de modo que veremos cómo la demanda turística sigue aumentando en España. Pero, ojo, tenemos que ser capaces de absorber ese creciente interés por nuestro país. Si no, podemos terminar como Grecia. Necesitamos un mercado turístico innovador y flexible".
Alfonso González de León, consultor de Vinces, puso en valor "las oportunidades que brinda la economía colaborativa a millones de personas que, gracias al sistema de confianza que generan aplicaciones como Airbnb, permiten crear un nuevo modelo de turismo en el que conocemos las ciudades de un modo distinto".
"En España", recordó González de León, "el 10% de los visitantes internacionales se hospedó en Airbnb y aplicaciones similares, de modo que esta fórmula atrajo a ocho millones de personas que contribuyen notablemente a nuestra economía. Al mismo tiempo, estas nuevas plataformas permiten la democratización de los beneficios del turismo porque mucha gente alquila de esa forma una de sus habitaciones y logra unos ingresos adicionales".
