En abril de 2017, distintas organizaciones feministas de corte izquierdista empezaron a calentar la posibilidad de convocar una "huelga general feminista". A lo largo del pasado año hubo varios intentos de sacar adelante una protesta de este tipo, especialmente a raíz de distintas "asambleas de mujeres" celebradas en el último cuatrimestre del año en Elche y Zaragoza.
De estos encuentros salió la idea de avanzar definitivamente hacia la jornada de paros anunciada para el próximo 8 de marzo. El manifiesto que justifica el plantón lamenta las "agresiones, humillaciones, marginaciones o exclusiones" que sufren las mujeres, pero también llama "a la rebeldía y la lucha contra la alianza entre el patriarcado y el capitalismo".
Podemos, entusiasmado con la huelga
Lejos de lograr un apoyo transversal, la polémica retórica anticapitalista del manifiesto ha terminado por alejar a los políticos del Partido Popular y Ciudadanos. Tampoco se puede decir que en la izquierda tradicional haya un notable entusiasmo por la protesta del 8 de marzo: el PSOE se ha limitado a apoyar los paros parciales que han endosado UGT y CCOO, pero ahí acaba todo.
Sin embargo, los 200 colectivos feministas que promueven el 8-M sí cuentan con el respaldo entusiasta de Podemos. Un buen ejemplo de esta adhesión lo tuvimos el pasado 21 de febrero de 2018, cuando varias diputadas de la formación morada y sus confluencias acudieron al Congreso de los Diputados con camisetas de apoyo a las movilizaciones.
Por su parte, Pablo Iglesias ha pasado por el programa Espejo Público de Antena 3 para defender la protesta del 8 de marzo. Aunque solamente su partido se ha adherido a las movilizaciones, afirmó que "la huelga no va de banderas ni de partidos" y defendió que "a los hombres nos toca callarnos, ponernos detrás y apoyar a las mujeres de este país. Ellas mandan". Iglesias no perdió ocasión de cargar contra el mercado y criticó que "el capitalismo es el sistema que ha provocado que existan diferencias entre hombres y mujeres".
En la misma línea va Irene Montero, que ha respaldado con entusiasmo la huelga del 8-M y ha criticado a la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, por no adherirse a la convocatoria. "Las mujeres en este país no paran una sola hora del día, no tienen ni una hora para darse una ducha o leer un libro. El gobierno, lo mínimo que debería hacer, es respetar y tener más prudencia", criticó la autoproclamada "portavoza" de Podemos.