El precio medio legal de los cigarrillos ha experimentado un crecimiento de casi el 70% entre 2009 y 2016 como consecuencia de las sucesivas alzas fiscales, aumentando los diferenciales de precio con los mercados de proximidad e incentivando la entrada de otras formas de tráfico ilícito.
"En el tabaco, las bruscas subidas fiscales, que obligan a subidas de precios de venta al público, incentivan la actividad ilegal de las mafias, pues obtienen mayores ganancias con un producto que evade totalmente los impuestos", según se recoge en un informe elaborado por la Mesa del Tabaco con el título "La importancia del sector del tabaco en la economía española".
En los años de mayor apogeo del comercio ilícito de cigarrillos (2012-2014), el 8,8% del total del consumo procedía de fuentes ilegales, porcentaje que se ha reducido hasta el 4,6% en 2016.
En este sentido, según la Mesa del Tabaco, la recuperación económica en marcha, la relativa estabilidad de los precios del tabaco y la efectividad del trabajo desempeñado por las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como las distintas iniciativas impulsadas por el sector del tabaco han frenado la dinámica de expansión en los últimos años.
Ello no ha evitado, sin embargo, que la venta legal de cigarrillos haya disminuido alrededor de un 50% en este periodo, una dinámica en la que, según el informe, el comercio ilícito, sin duda, ha jugado una destacado papel.
No obstante, el comercio ilícito de tabaco no sólo se circunscribe a los cigarrillos, a tenor de la evolución de los decomisos de picadura de liar, de tabaco crudo y de las ventas legales de estas labores en esos mismos años.
Así, en 2016, el número de envases aprehendidos de tabaco de liar ha aumentado un 426,6% con respecto a 2015, desde 1,9 hasta 9,6 millones de envases, mientras que el consumo legal de picadura ha descendido un 14% entre 2014 y 2016.
Si se tiene en cuenta, además, la posible sustitución entre labores desde los cigarrillos a la picadura a causa de las sucesivas reformas impositivas, cobra fuerza, según la Mesa del Tabaco, la hipótesis de que la extensión del comercio ilícito de picadura se encuentra en pleno auge.
"El principal riesgo que entraña esta dinámica es el consumo de un producto que en muchos casos proviene de despojos (tabaco rechazado por la industria por no cumplir los estándares de calidad exigidos y cuyo destino legal sería su uso como fertilizante) y cuyas mezclas no pasan los controles de calidad rutinarios", advierte el informe.
El comercio ilícito de tabaco implica, además, la total desprotección del colectivo menor de edad, que puede acceder al canal ilegal, sin olvidar la evasión fiscal que ello supone, apunta.
Gibraltar y Andorra son dos importantes puertas de entrada de tabaco de contrabando, según destaca el informe, que señala además que a estas vías de acceso se suman los contenedores que escapan del control aduanero, así como la proliferación de fábricas ilegales.