El abogado asturiano Javier Jové acaba de poner fin a su paso por la presidencia de El Club de los Viernes. Le entrega el testigo a Sergio Marqués, un veterinario del Principado que también ha estado involucrado en la asociación liberal desde el momento de su creación. Jové se ha sentado a hablar con Libre Mercado para hacer balance de su gestión.
- ¿Cómo nació El Club de los Viernes?
Fruto de la preocupación por el surgimiento del fenómeno de Podemos y la necesidad de articular un movimiento con un discurso alternativo a su relato de la crisis, de la cual no saldríamos con más Estado, sino con menos. Pensamos que era necesario construir una organización de base y eminentemente popular que fuera capaz de articular a las dispersas y desconcertadas mesnadas liberales.
- ¿Cuánto ha crecido el organismo? ¿Qué implantación tiene ahora?
Al principio éramos literalmente cuatro amigos en Asturias, hoy somos 450 socios, repartidos en más de una docena de células operativas por toda España, además de las existentes en Argentina, Uruguay, México, Chile y Paraguay. Somos especialmente activos en redes sociales, pero también desarrollamos una intensa actividad en forma de conferencias, encuentros y almuerzos con personalidades de la política y la cultura. Nuestro objetivo es que el discurso llegue a capas amplias de la sociedad, salir del confort de la madriguera y de la catacumba de los iniciados, por eso insistimos mucho en la necesidad de impactar en los medios de comunicación generalistas.
- ¿Qué principales hitos destacarías de tus años al frente de la iniciativa? ¿Qué ha conseguido El Club de los Viernes en estos primeros años?
Hemos conseguido ser un referente en el mundillo liberal, con un discurso fresco y -en cierto punto- irreverente. Nuestro éxito es que el mundo de Podemos, y sus aledaños, nos han identificado como su enemigo, somos una piedra en el zapato.
Nuestra actividad no se limita al mundo de lo digital o virtual de las redes sociles, procuramos que nuestra actividad tenga un impacto real y entre los muchos logros, podemos destacar el haber conseguido revocar el boicot del Ayuntamiento de Gijón a Israel, paralizar la cooficialidad del bable en Asturias y, además, llamar la atención de la opinión pública en temas como las restricciones gubernamentales al cava extremeño o apoyar a las plataformas contra el impuesto sobre sucesiones y aquellas en defensa de la libertad educativa amenazada por la supresión de los conciertos educativos.
- ¿Cuáles son los tres principales problemas que enfrenta la libertad en España?
Sin lugar a dudas la corrección política que ha implantado la autocensura y al linchamiento social y mediático al disidente. Hay temas tabú sobre los que si te pronuncias, corres el riesgo de ser acosado: LGTB, brecha salarial, pobreza energética, desmemoria histórica, libertad religiosa, etc. Los liberales tendemos a preocuparnos sólo por cuestiones tributarias, cuando hoy, las amenazas a la libertad proceden de aquellas que atentan contra las libertades civiles más básicas.
Otro problema es la indiferencia de la inmensa mayoría de la sociedad española, más preocupada por el partido de fútbol del fin de semana que por retomar las riendas de su vida. Tenemos una sociedad totalmente desmovilizada y temorosa, la gente es incapaz de traducir su descontento en acciones. Nosotros hemos desmostrado que un pequeño grupo de activistas, sin dinero, pero motivados y que le dediquen un poco de su tiempo, es capaz de dar mucha guerra y desconcertar a los muy subvencionados colectivos de extrema izquierda, que no están acostumbrados a que nadie les tosa o que se oponga a sus proyectos liberticidas.
Y otro es el de la dependencia que tienen los medios de comunicación del poder político, la ausencia real de una verdadera libertad de prensa, siempre dependiente de recursos públicos o del sistema de concesiones gubernamentales. No hay verdadera democracia allí donde no hay unos medios de comunicación independientes del poder político.
- ¿Cómo valoras el espectro político del centro-derecha de nuestro país? ¿Qué margen de trabajo cabe realizar con el PP o con Ciudadanos?
Nuestra intención es influir en aquellos partidos mínimamente receptivos a las ideas de la libertad, en este sentido tratamos de acercarnos a dichos partidos haciéndoles llegar nuestras propuestas, tratando de irles permeando. Más que un partido liberal, aspiramos a que haya liberales en los partidos, personas que puedan influir en la toma de decisiones programáticas de ambas formaciones. El gran problema de los partidos políticos de centro derecha es que han dejado de hacer política y aspiran a ser simples gestores, se han convertido en meros administradores de fincas.
Hoy la gente está exigiendo autenticidad y claridad de ideas, aquel partido que primero se percate de ello y deje de escuchar a los asesores de marketing y empiece a prestar atención lo que verdaderamente está demandando la sociedad, será el que acabe dando la campanada. La gente está deseando poder votar por alguien que le ilusione y dejar de hacerlo apáticamente, bien por descarte o por miedo a Podemos. Nuestro objetivo es ayudarles a ser valientes y crear un lenguaje y argumentos con los que oponerse a la marea del populismo y la corrección política.