El secretario de Finanzas de Hong Kong, Paul Chan, ha anunciado que el país alcanzará un superávit de 138.000 millones de dólares en 2018 -la estimación del Ejecutivo era ocho veces más baja, pronosticaron un superávit de 16.300 millones-. Todo esto se debe a que el país asiático recibe cada vez más ingresos. Con una economía boyante y una deuda del 0,06% del PIB las arcas del país están rebosantes y los escenarios de cara al futuro son muy esperanzadores.
En la próxima década, Hong Kong se enfrenta a una población más envejecida y, con ello, aumentará el gasto público, pero no parece ser un problema. En lugar de plantearse una subida de impuestos en los próximos años, el país se considera que puede vivir de sus activos. Hasta ahora, el banco central, el fondo soberano de inversión GIC Pte y la firma estatal de inversión Temasek Holdings se han convertido en el mayor contribuyente del Estado -aportan más ganancias al Gobierno que los impuestos que recaudan a los ciudadanos-. En el presupuesto de las compañías se devuelve hasta la mitad de las ganancias de inversión al Estado y el resto se reinvierte. El país asiático se plantea ahora destinar algunos fondos que obtiene por primas de terrenos para comprar activos en el extranjero.
Hong Kong no necesita endeudarse para gastar. La deuda del país es del 0,06% del PIB y el interés de los bonos a un año está en el 0,85% - el bono a diez años está en el 2%-. A diferencia de Singapur, que ha comenzado a emitir más bonos para poder financiar una nueva terminal aeroportuaria y un enlace de tren de alta velocidad con Malasia.
Hong Kong se resiste a endeudarse o a financiar su gasto con la emisión de bonos y se plantea liberar más terrenos en posesión del estado -el mercado de vivienda de la ciudad es de los menos asequibles del mundo-. El Gobierno ofrecerá 27 parcelas residenciales el próximo año, por los cuales obtendrá ingentes ingresos y ampliará su superávit presupuestario. El país ha liberalizado en los últimos años un gran porcentaje del territorio de titularidad pública -recibe primas por todo el terreno liberado-.
A pesar del buen estado económico, Hong Kong no pierde de vista el envejecimiento de la población y la salud de la misma. Una reciente epidemia de gripe hizo saltar las alarmas del sistema sanitario del país asiático. Por ello, Chan aseguró que destinarán 6.000 millones de dólares a la sanidad en los dos próximos años.
De cara al 2019, Hong Kong espera que los impuestos sobre la renta sean la mitad de lo ingresado por los impuestos de transacciones inmobiliarias y bursátiles. Recientemente, el país recortó los impuestos sobre la renta, que suponen 22.600 millones menos. Esta decisión la tomó el Gobierno para que los ciudadanos tuvieran un mayor salario, sin necesidad de que las empresas aumentasen el gasto. Una población con más dinero, demandando más vivienda -que procede de tierra liberada por la que el Gobierno se lleva una prima-, con un Estado que reinvierte en activos extranjeros y aumenta así sus beneficios hace que Hong Kong pueda vivir en unos años sin necesidad de recaudar impuestos sobre la renta.