Idealista cree que los topes que limitan la subida del precio del alquiler en Berlín y París "no han funcionado", ya que en la capital francesa la normativa ha sido recientemente derogada y en la capital de Alemania el futuro de la medida está en manos del Tribunal Constitucional.
En París, según ha recordado el portal inmobiliario, se empezó a intervenir el mercado en 2015 con la Ley Alur, una norma que impedía poner un piso en alquiler a un precio un 30% más barato o un 20% más caro, y que tenía en cuenta en los cálculos variables como el tipo de vivienda, su ubicación, su amplitud o su mobiliario.
Esta norma tenía en cuenta también elementos tales como la luminosidad o las vistas de la vivienda. De hecho, el precio del alquiler podía superar los límites establecidos si la propiedad tenía unas buenas vistas o si se tenían en cuenta cualidades como disponer de portero físico, jardines o piscina.
Finalmente, según ha recordado idealista, un tercio de las ofertas superaron los precios fijados por la ley y cerca de un 15% de las viviendas que existían hace dos años y medio en el mercado "se han evaporado", lo que significa que 10.000 viviendas han desaparecido de la oferta de alquiler parisina porque sus propietarios decidieron dejar de alquilarlas. En 2017, los precios del alquiler se han moderado y los tribunales han suspendido la aplicación de esta ley tanto en París como en otras zonas estratégicas del país, mientras las condiciones de alquiler se han endurecido para miles de jóvenes.
En Berlín, según idealista, "el intento por frenar el precio del alquiler no ha acabado de forma muy diferente", ya que, en la actualidad entre el 66% y el 95% de las ofertas de pisos de alquiler están por encima del máximo fijado por ley. Además, la medida está a la espera de una resolución por parte del Tribunal Constitucional federal.
En este caso, la limitación que arrancó en junio de 2015 se basaba en limitar las subidas de los nuevos contratos al 10% del alquiler medio de la zona en las zonas denominadas "tensas" y que no hubieran sido reformadas o estuvieran vacías. Los propietarios berlineses, con una ligera reforma o algo de mobiliario, han podido evitar el control y, debido a la normativa que limita el precio, ha surgido un concepto nuevo, "provisión": los inquilinos, si quieren alquilar un piso, deben pagar entre una y dos mensualidades al propietario que no se devuelven, además de un importe que equivale a 3 fianzas (que sí se devuelven al finalizar el contrato).
Partidos de la oposición, ONG y la Federación Alemana de Inquilinos llevan tiempo afirmando que la medida no ha dado frutos. Sus quejas se han sumado a las dudas de la Audiencia de la capital germana sobre si es constitucional.
Intento en España
Respecto a España, el portal ha insistido en que la "fortísima" demanda de los pisos en alquiler en algunas ciudades españolas está presionando al alza los precios, sobre todo en los centros de los grandes núcleos urbanos, donde también se concentra la mayor parte de la oferta.
De hecho, según sus últimos datos, los precios del alquiler en tres de cada cuatro capitales españolas siguen aún por debajo de los máximos de la burbuja, aunque entre las 11 capitales que superan ya dichos niveles están algunas de las ciudades más pobladas del país, como Madrid, Barcelona, Málaga, Palma de Mallorca o Las Palmas de Gran Canaria.
Ante esta situación y tras la intención de algunos partidos políticos como Unidos Podemos, PSOE o Compromís de fijar también en España un tope de precio en las viviendas en alquiler, el portal ha insistido en que la idea de implantar la limitación "no ha funcionado" ni en Berlín ni en París.