Los gobiernos regionales presentan marcadas diferencias a nivel impositivo, tal y como refleja el último estudio sobre fiscalidad regional y foral que presentó el lunes el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF). Y la Comunidad de Madrid, un año más, destaca por aplicar la tributación más atractiva de España, sobre todo si se compara con la existente en Cataluña.
En términos generales, la recaudación de los principales tributos -tanto cedidos como propios- mantuvo el pasado año la senda de recuperación observada desde 2010, uno de los ejercicios más duros de la crisis, pero sigue sin alcanzar las cifras récord de 2007, en el pico de la burbuja. Asimismo, el citado informe no identifica una clara tendencia al alza o a la baja en el IRPF ni en el Impuesto de Patrimonio, a diferencia de las significativas rebajas observadas en Sucesiones y Donaciones, mientras que en Transmisiones Patrimoniales (ITP) y Actos Jurídicos Documentados (AJD) se produjeron diversas subidas.
Impuesto sobre la Renta
Sin embargo, más allá de este cuadro general, el estudio analiza con casos concretos la diferente tributación que imponen las CCAA. En el caso del IRPF, para un contribuyente soltero, menor de 65 años y sin hijos, Cataluña es la región que grava más las rentas bajas y medias (16.000, 20.000 y 30.000 euros brutos al año); Extremadura se sitúa a la cabeza en los tramos de 45.000 y 70.000; mientras que la Comunidad Valenciana es la que más grava las rentas de entre 110.000 y 600.000 euros.
Por el contrario, Madrid es la que cobra menos IRPF en todos los tramos de renta. Así, por ejemplo, un salario de 16.000 euros anuales paga de media 1.611 euros de IRPF en Cataluña, frente a los 1.434 que abonan en la Comunidad de Madrid, lo que supone un 12,3% menos; y en el tramo del salario medio de 20.000 euros en Cataluña se pagan 2.510 euros, frente a los 2.303 euros de Madrid.
En el caso de los salarios medios-altos, en Madrid las rentas de 30.000 euros pagan 4.829 euros, frente a los 5.102 en Cataluña. A partir de ahí, en las rentas de 45.000 y 70.000 euros es Extremadura la región donde más pagan los contribuyentes vía IRPF, con 9.822 y 19.931 euros, respectivamente, frente a la región presidida por Cristina Cifuentes, donde los madrileños pagan 9.306 y 18.975 euros.
Para las rentas más altas, desde los 110.000 euros al año, es la Comunidad Valenciana la que impone un IRPF más alto, mientras que Madrid sigue siendo la región donde pagan menos los contribuyentes.
Impuesto sobre el Patrimonio
En cuanto al Impuesto sobre el Patrimonio, sin tener en cuenta los 300.000 euros exentos de la vivienda habitual, Aragón, Cataluña y Extremadura aplican el mayor gravamen en activos valorados en 800.000 euros; Extremadura aplica el impuesto más altos en patrimonio de 4 y 15 millones; mientras que Madrid es la única región que ha eliminado de facto este tributo.
Sucesiones y Donaciones
En el caso de un soltero de 30 años que hereda bienes de su padre por un valor de 800.000, de los que 200.000 corresponden a la vivienda del fallecido, Aragón protagoniza la mayor mordida en Sucesiones, con más de 150.000 euros, seguida de Asturias y Castilla y León. Andalucía, por el contrario, se sitúa en la cola con 0 euros, tras la reciente reforma aprobada por PSOE y Ciudadanos, seguida de Canarias, Madrid, y Extremadura.
En Donaciones, por el contrario, Andalucía se sitúa a la cabeza, con más de 208.000 euros en impuestos sobre un total de 800.000 euros en efectivo, frente a los 200 euros que cobra Canarias o los 2.000 de Madrid y Murcia.
Transmisiones y Actos Jurídicos
Por último, en caso de transmitir un inmueble que no está destinado a vivienda, Madrid sigue siendo la autonomía con menor carga fiscal, con independencia del valor del activo, mientras que Cataluña, Galicia, Valencia y Cantabria aplican la mayor tributación.
Y lo mismo sucede en caso de escriturar la compra de un inmueble nuevo, sin que vaya a constituir la vivienda habitual del adquirente, ya que el impuesto de Actos Jurídicos Documentados oscila entre los 1.125 y 5.625 euros en Madrid y Canarias, en función del valor de piso, a una gran distancia del máximo que impone Murcia (entre 3.000 y 15.000 euros).
