El PSOE ha registrado este martes en el Congreso de los Diputados una proposición de ley para subir las pensiones un 1,6% (equivalente al IPC previsto) en 2018, aumento que se financiaría con cargo directo a los impuestos generales.
De salir adelante, la subida tendría efectos desde el 1 de enero de 2018 para todas las pensiones públicas del Sistema de Seguridad Social, cualquiera que sea su modalidad y régimen. La subida del 0,25% aprobada a cierre de 2017 ha afectado a más de 9,5 millones de pensiones contributivas, 454.960 no contributivas y 194.874 prestaciones familiares, además de a 633.415 pensiones de clases pasivas. El coste de esta subida ascenderá este año a 332,37 millones de euros, de modo que la propuesta del PSOE, consistente en aplicar una subida del 1,6% tendría una factura fiscal superior a los 2.100 millones de euros en 2018.
Asimismo, en caso de que el IPC correspondiente al periodo comprendido entre diciembre de 2017 y diciembre de 2018 fuese superior al 1,6%, las pensiones se actualizarán conforme a la subida del IPC, abonando en un pago único la diferencia no percibida durante 2018, precisa la proposición de ley del Grupo Parlamentario Socialista. Todo ello implicaría, por tanto, derogar el Índice de Revalorización que se incluyó en la reforma de las pensiones de 2013, donde se fija la subida de las prestaciones en función del equilibrio financiero de la Seguridad Social en lugar de con la inflación.
La iniciativa socialista también pretende obligar al Gobierno a convocar la Mesa de Diálogo Social para adoptar una fórmula que permite dejar de sufragar con la Seguridad Social gastos que nada tienen que ver con las pensiones, reivindicación demandada también por los sindicatos.
Aunque el PSOE propone crear dos nuevos impuestos para ayudar a financiar las pensiones (uno a la banca y otro sobre las transacciones financieras), en esta iniciativa y en aras a alcanzar un consenso se limita a señalar que el aumento deberá financiarse vía impuestos generales, sin precisar cuáles. Sea como fuere, ya sea con un impuesto a la banca o con impuestos generales, la subida sería sufragada por el conjunto de los contribuyentes.