"Los turistas vienen aquí a destrozar la ciudad", "los pisos turísticos se forran y sin pagar impuestos", "ahora no encuentro casa para alquilar larga temporada porque todos son contratos de vivienda a turistas". ¿Cuántas veces hemos escuchado estas frases en cualquier barra de bar, cola de supermercado o sala de espera? La demonización del turista se ha puesto de moda en España y, por ende, todo lo que tenga que ver con ello. Si hablamos de pisos turísticos parece que no se nos vienen a la cabeza nada bueno.
Alrededor del modelo de negocio que implantó Airbnb se ha venido creando una corriente de rechazo social incitada por partidos políticos como el PSOE y, sobre todo, Podemos. Su mensaje ha sido de tal calado que han surgido hasta nuevos conceptos como el de la "turismofobia". La oferta de pisos turísticos ha desatado una oleada de odio hacia el viajero común. Pero, ¿realmente los alquileres de inmuebles turísticos son tan perjudiciales para nuestra comunidad? Investigamos y desmontamos los falsos mitos alrededor de estas creencias sociales.
1. Molestan a los vecinos
Al igual que en los hoteles, en un alquiler turístico nunca se sabe quién puede llegar. Quizás es el mismísimo Satanás y pone la música alta, deja basura en el portal y se emborracha gritando hasta altas horas de las madrugada, pero parece ser que no es tan fiero el león como lo pintan. En realidad, estos hechos son aislados.
Por norma general, los turistas se comportan. Así lo afirman el 92% de anfitriones en Airbnb, que ven cómo sus clientes pasan la mayor parte del tiempo fuera de casa, visitando monumentos, disfrutando de los bares, el sol o la playa. "Llegan al final del día, se acuestan, y al día siguiente continúan con su ruta", asegura Laura Martínez, usuaria de Airbnb.
2. Dañan la industria turística
El portal Airbnb ha comunicado a Libre Mercado cómo, lejos de empeorar la economía del lugar, lo que hace es incidir positivamente en la misma. La web de alquiler vacacional nos confirma que "beneficia a las familias locales y a sus comunidades.
Solo en el último año, la economía española fue impulsada en casi 4.200 millones de euros gracias al home sharing a través de Airbnb. El anfitrión típico ganó 3.400 euros por alquilar una media de 36 noches. En 2016, la comunidad de Airbnb también contribuyó en 1.000 millones de euros en Barcelona y casi 500 millones a la economía local de Madrid.
Estas ventajas económicas que proporciona Airbnb en las ciudades a sus usuarios también se extrapola a las zonas rurales. La web de pisos turísticos revela los profundos cambios que ha producido su aterrizaje en la España rural. "Las llegadas de huéspedes a alojamientos rurales a través de la plataforma crecieron un 100% en el último año" anuncia la plataforma.
"El home sharing ayuda a aumentar y diversificar el turismo, extendiendo los beneficios a nuevas comunidades y pequeños comercios, y no dejándolo solo en manos de unos pocos" desvela el departamento de estudios y comunicación del home sharing. El 70% de los anuncios en Airbnb en España están fuera de los principales distritos hoteleros de las ciudades, y los huéspedes que utilizaron Airbnb en Barcelona supusieron menos del 10% de los huéspedes en hoteles el año pasado.
3. No pagan impuestos
"Los propietarios creen que van a ganar con el alquiler turístico aunque no es así. Es cierto que pueden percibir 90 euros al día por alquilar su casa a un viajero, pero entre impuestos y gastos de agencia (si la tiene contratada), sólo irían a su bolsillo 35 ó 40 euros". Javier Casbas es director de The Charming Concept. Su empresa se dedica a hacer de intermediarios entre turistas y propietarios. Junto a su socio gestiona alquileres turísticos en el Distrito Centro de Madrid. "No es ningún chollo. Los arrendadores piensan que van obtener grandes sumas de dinero, pero al comprobar la cruda realidad, muchos vuelven al alquiler convencional".
Casbas pinta un panorama poco alentador para aquellos que deseen establecer su vivienda como modelo de negocio para viajeros. "Nosotros cobramos el 20% a los clientes, trabajamos como un hotel. Nuestro servicio de limpieza le cambian las toallas, el papel higiénico y organiza la casa. En definitiva, somos los anfitriones delegados".
Lo más revelador es su augurio para este año: "El stock de pisos para alquilar va a subir en junio de este año en cuanto tengan que hacer la declaración de la renta los arrendadores. El año anterior ya ocurrió, es un sablazo". El director de la agencia The Charming Concept explica cómo "los pisos turísticos tributan al 100%. Hacienda se lleva el 25% de las ganancias sí o sí. No existen bonificaciones como en los casos del alquiler de contrato anual o indefinido".
Airbnb, por su parte, recoge en su portal las regulaciones vigentes y los registros como vivienda turística en las comunidades autónomas que deben realizar los propietarios. El control actual desde la Administración pública es exhaustivo. Ahora bien, tal y como comenta Casbas, la verdadera fórmula para hacer negocio es intentar ahorrar los gastos de una agencia intermediaria. Eso sí, supondría un coste humano adicional. "Tendrías que tener a alguien que esté dispuesto a cambiar sábanas un día sí y otro también," cuenta el empresario turístico. No obstante, estas personas existen. Normalmente son familiares o amigos o los mismos anfitriones quiénes se hacen cargo de la puesta a punto del hogar para la recepción del huésped. Lo que no quita que tengan que estar igualmente registrados y pasen por la caja de la Hacienda pública en junio.
Si el alquiler lo gestionan los propios anfitriones, sus amigos o familiares la mordida fiscal duele, pero no tanto. Airbnb tiene claro que esa es la clave de su éxito. "Nuestro modelo es único y da el poder a las personas normales, apoya a las comunidades locales y está sujeto a impuestos locales. Esto también hace a Airbnb fundamentalmente diferente de empresas que se llevan grandes cantidades de dinero de los lugares en los que operan. Cuando la gente viaja utilizando Airbnb, los anfitriones locales se quedan con hasta el 97% del importe del alojamiento. Airbnb ayuda a asegurar que los beneficios del turismo son disfrutados por muchos, y no se quedan en manos de unos pocos".
Cuando preguntamos al departamento de comunicación de Airbnb su política en cuanto impuestos, aseguran que siempre "recuerdan a los anfitriones que deben comprobar y seguir la legislación, compartimos información útil sobre impuestos en nuestra página sobre cómo ser un anfitrión responsable, enviamos recordatorios anuales sobre impuestos y mantenemos reuniones frecuentes con nuestra comunidad para hablar sobre home sharing responsable".
Desde la web vacacional lanzan un mensaje para paliar las tensiones habidas en España en materia fiscal. "La comunidad de Airbnb quiere pagar los impuestos correspondientes en España y queremos trabajar con los políticos para que el proceso sea simple y claro para todos". Para tranquilizar al Ministerio de Hacienda, Airbnb ha implementado una serie de herramientas que ayudan a simplificar los impuestos para los anfitriones, como recordatorios, historiales de transacciones descargables y enlaces a recomendaciones independientes sobre fiscalidad. "También hemos trabajado con socios en otros países para simplificar el pago de impuestos, como es el caso de Irlanda, donde a través de una colaboración con Taxback.com se ofrecieron tarifas reducidas a los anfitriones de Airbnb".
La Unión Europea publicó varias leyes estrictas que regulan la gestión y los requisitos de monitorización de las plataformas en Internet como Airbnb. La UE anunció recientemente una nueva guía que reitera los siguientes puntos: "Bajo la legislación de la Unión Europea, los Estados Miembro no pueden imponer a las plataformas colaborativas, en la medida en que prestan servicios de alojamiento, una obligación general de monitorizar o buscar de manera activa hechos o circunstancias que indiquen actividades ilegales".
A pesar de que tampoco pueden ser coaccionados, Airbnb siempre se ha mostrado colaborador con los organismos públicos en España, tal y como ellos mismos afirman: "Como parte de nuestro compromiso con España, compartimos información sobre el impacto del home sharing para ayudar a los legisladores a tomar decisiones políticas informadas, y a la vez cumplir con la legislación en materia de privacidad y de protección del usuario".
Como prueba de ello, la plataforma de viajeros corrobora que hasta la fecha "ha llegado a acuerdos con más de 340 jurisdicciones y ha recaudado y remitido más de 510 millones de dólares en tasas hoteleras y turísticas en todo el mundo. Hemos compartido repetidamente nuestro compromiso de trabajar en estas cuestiones con las autoridades en España", concluyen.
4. Afecta a la subida de los alquileres
Asimismo, la subida de los precios del alquiler, especialmente en algunas capitales, tendría poco que ver con el auge de los pisos turísticos. En Barcelona por ejemplo, los nuevos contratos de arrendamiento en 2017 superaron por primera vez la barrera de los 900 euros al mes. Los precios se elevan y es difícil pensar que sea porque los alquileres turísticos afecten a este tipo de oferta, ya que Ada Colau suspendió las licencias turísticas en la ciudad en julio de 2015. La alcaldesa de Barcelona llevó a cabo esta medida contagiada por una supuesta "turismofobia" de algunos vecinos y miembros de su propio partido político.
Aunque Airbnb se ha llevado tortas en Cataluña sin cesar y se ha estigmatizado la vivienda de alquiler vacacional, la web continúa mostrándose a favor de buscar la conciliación con el gobierno de Colau. Por eso la empresa californiana ya ha tomado acciones para afrontar los problemas en Barcelona. Así, han instaurado la política Un anfitrión, un hogar para ayudar a garantizar que el home sharing crezca de una manera responsable y sostenible. Como parte de esta medida, Airbnb ha eliminado más de 1.000 anuncios que podrían afectar a la disponibilidad de vivienda a largo plazo. Además han trabajado con el Ayuntamiento de Barcelona para eliminar a los malos actores y promover el turismo sostenible. A través de un sistema de notificación y eliminación se han desactivado 1.500 anuncios fraudulentos.
Por otro lado, no podemos olvidar que el precio del alquiler de larga temporada ha subido en Barcelona, al igual que en Madrid, en torno al 19% según datos de Idealista. Se advierte, por tanto, que no guarda relación el hecho de que los pisos turísticos sean los culpables de que no haya viviendas para alquilar.
Según los expertos, la causa de la subida real de la subida de precios en los alquileres indefinidos sería la paralización de licencias de nueva construcción que ocurre tanto en Madrid con Manuela Carmena como en Barcelona con Ada Colau.
"El alquiler turístico me ayudó a pagar mi hipoteca"
"Gracias a Airbnb pude sobrevivir en los años más duros de mi vida. Me quedé sin empleo y no podía pagar mi hipoteca. Alquilé mi segunda habitación a turistas en cuanto descubrí esta nueva forma de ganar unos ingresos extras". Es el testimonio de Ana García, recepcionista de una clínica de estética en Puerto Banús, Marbella.
Como Ana existen numerosos casos en nuestro país que han salido adelante gracias a plataformas de alquiler vacacional online. "Ahora ya no lo hago porque no lo necesito, pero cuando me hizo falta me salvó porque si no no hubiera podido pagar mi hipoteca". Ella tiene claro que "ni los turistas ni los pisos de alquiler son nuestros enemigos, al contrario, son nuestros aliados", sentencia la anfitriona marbellí.