Venezuela no solo sufre una crisis económica, sino humanitaria, de tal modo que su impacto, más allá de disparar la pobreza, se mide en términos de hambre. La economía venezolana, poseedora de una de las mayores reservas de petróleo del mundo, está experimentando un colapso que carece de precedentes en el mundo occidental. Así, tal y como explica el economista Ricardo Hausmann, su PIB per cápita se contrajo más entre 2013 y 2017 que en la Gran Depresión de EEUU tras el crack de 1929, superando incluso al hundimiento de Rusia, Cuba o Albania tras la caída del comunismo.
Basta observar algunas de las conclusiones que arroja la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2017, publicada el pasado miércoles, cuya elaboración corre a cargo de tres universidades (Universidad Central de Venezuela, Universidad Simón Bolívar y Universidad Católica Andrés Bello) y que recoge una muestra de más de 6.000 hogares entre el pasado julio y septiembre.
El 89,4% de los venezolanos advierte de que el ingreso familiar resulta insuficiente para comprar los alimentos necesarios, hasta el punto de que el 70% de los encuestados afirma haber pasado algún tipo de necesidad alimentaria en el último año. De hecho, en los últimos tres meses, el 80% de la población asegura haber comido menos de forma involuntaria por la hiperinflación y la escasez generalizada de productos básicos que padece el conjunto del país.
Los venezolanos se han visto obligados a cambiar su dieta, perdiendo tanto en cantidad como en calidad, al tiempo que se saltan comidas (63,2%) y confiesan haberse ido a la cama con hambre (61%). "Aproximadamente, 8,2 millones de venezolanos ingieren dos o menos comidas al día, y las comidas que consumen son de mala calidad", según el estudio.
Como consecuencia, cerca del 65% de los venezolanos perdió una media de 11,4 kilos de peso en 2017 por hambre. Esta cifra es superior a los 8 kilos perdidos en 2016.
Además, por primera vez, el arroz desplazó a la harina de maíz como el alimento más consumido, mientras que carnes rojas (39,9%) y pescados (39,3%) quedaron en el octavo y noveno lugar de la lista de la compra. Igualmente, pollo (34,3%), hortalizas (34,4%), huevos (33,5%) y lácteos (19,2%) apenas tienen presencia en las neveras de las familias, registrando así un descenso muy sustancial con respecto a 2014, momento en el que empezó a realizarse este estudio.
En este sentido, cabe recordar que Venezuela ya registraba en 2014 los mismos niveles de pobreza de 1998, justo antes de que Hugo Chávez llegara al poder. Es decir, los venezolanos sufren hoy el mayor período de carencia y necesidad de su historia. Marianella Herrera, médico nutricionista de la Fundación Bengoa, que participó en la investigación, indicó que los productos habituales de la cesta de la compra son propios de una "dieta anémica".
La pobreza afecta al 87% de la población
Todo ello es el más claro y dramático reflejo de la situación de pobreza que sufren los venezolanos. Así, entre otros datos, la Encuesta refleja que el 87% de la población vive en la pobreza frente al 48% existente en 2014. Y, de estos, más del 60% sufre "pobreza extrema" debido, sobre todo, a la rampante hiperinflación que registra el país.
"El ingreso sigue siendo el componente que más pesa como causa de la pobreza. Después del ingreso, son la precariedad de los servicios a la vivienda (18,9%), las condiciones de la vivienda (16,4%) y el empleo y la protección social (15%), las principales causas de la pobreza", según alerta el estudio.