Anna Gabriel, exdiputada de la CUP en el Parlamento de Cataluña, ha decidido seguir los pasos de Carles Puigdemont y dar esquinazo a la justicia española. Ella misma ha asegurado, mediante un escrito, que no acudirá a declarar al Tribunal Supremo este miércoles –estaba citada como investigada por rebelión tras el referéndum ilegal del 1 de octubre–. Cabe recordar que Gabriel debería haber declarado el pasado 14 de febrero, pero que su defensa pidió aplazar la fecha.
Tras pasar unos días en Venezuela –donde se la criticó por pasearse con coche blindado y escoltas– la exlíder de la CUP ha puesto rumbo a Suiza. Concretamente, en la ciudad de Ginebra ha fijado su residencia temporal. Una urbe donde la exdiputada pretende continuar con su carrera académica –es profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona– e incluso se plantea pedir asilo político, tal y como ha confirmado a varios medios suizos.
Lo curioso es que, a pesar de militar desde los 16 años en plataformas antifascistas y anticapitalistas, Anna Gabriel se refugia en el país referente del capitalismo y de la libertad económica. Ginebra es la segunda ciudad más poblada de Suiza –tras Zúrich– y el tercer centro financiero más importante de Europa, tan solo por detrás de Londres y de Zúrich.
Ginebra se caracteriza por ser una ciudad global,un centro financiero de referencia y por albergar el mayor número de organizaciones internacionales del mundo en una sola urbe. De hecho, en las calles ginebrinas organismos como la ONU o Cruz Roja cuentan con algunas de sus sedes más importantes. Además, la ciudad alberga el CERN, el mayor centro de investigación nuclear del mundo.
Pero todo esto no acaba aquí. Según informa Eurosmes, Ginebra es la tercera ciudad con mejor calidad de vida de todo el mundo, solo por detrás de Viena y Zúrich. Un hecho que se ve reflejado en su economía: en 2017, esta metrópoli se convirtió en la séptima más cara del mundo para vivir, adelantando a París y Nueva York.
Con una tasa de desempleo en el país del 3,3% y un salario medio de 78.459 euros anuales, la vida en Suiza es notablemente más cara que en Madrid o Barcelona. Alquilar un piso en Ginebra de una sola habitación cuesta entre 1.600 euros y 2.500 euros. En caso de tener dos dormitorios, el precio se dispara y supera, en algunos casos, los 5.000 y los 7.000 euros.
Quitando el coste del alquiler, un adulto medio necesita unos 1.225 euros mensuales para gastos comunes como hacer la compra de productos básicos, repostar gasolina o viajar en transporte público. El precio de medio litro de cerveza en un bar supera los 5,45 euros y una lata de coca-cola ronda los 3,39 euros. Hacer la compra en Ginebra no es barato. Solo un kilo de pechuga de pollo cuesta 21 euros y un kilo de ternera supera los 41 euros.
En la ciudad natal del filósofo Jean-Jacques Rousseau, Anna Gabriel disfrutará de vivir en el territorio con la economía más libre de Europa, donde el PIB per cápita es de 80.837 euros –este mismo indicador señala que en Cataluña la riqueza por persona es de 28.590 euros, 52.247 euros menos–.