El Gobierno de Reino Unido no ha tardado en reaccionar ante el caso Oxfam. Los escándalos sexuales que salpican a la ONG anticapitalista han hecho que el gabinete de Theresa May anuncie que va a revisar las ayudas concedidas a la entidad. Así lo manifestó la ministra del ramo, Penny Mordaunt, que además criticó "la falta de liderazgo moral" de los directivos de la entidad, que callaron "el horrible comportamiento" de algunos trabajadores de la entidad.
En España, el Gobierno ha adoptado una actitud radicalmente distinta. El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, ha guardado silencio ante los hechos, a pesar de que la ONG ha recibido 236 millones de dinero público durante la última década. Peor aún ha sido la reacción del Secretario de Estado de Cooperación, que ha salido en defensa de la entidad y ha afirmado que seguirá siendo socio de Oxfam.
Respuesta de la Comisión Europea
La incomprensible actitud del Ejecutivo de Mariano Rajoy contrasta con la reacción británica, pero también con el aviso que acaba de lanzar la Comisión Europea a Oxfam. Según explicó un portavoz de la Comisión Europea al diario The Guardian, el Ejecutivo comunitario está preparándose para "auditar y, si fuese necesario, cortar la financiación a Oxfam y cualquier otra ONG que no sea capaz de garantizar los mayores estándares éticos posibles".
Desde la Comisión Europea admiten que Bruselas no va a dejar pasar lo ocurrido, sino que tiene previsto "pedir explicaciones a Oxfam para que aclare punto por punto y con la mayor urgencia posible todo lo que está saliendo a la luz". Por tanto, una de las principales fuentes de financiación de la ONG está ahora en el aire.
Mientras tanto, el sector privado ya ha movido ficha. De momento, Oxfam ha reconocido que ha perdido más de 1.200 donantes en los últimos días. Además, los principales socios corporativos de la entidad han anunciado que están revisando con detenimiento toda la información que ha salido a la luz, para determinar si siguen aportando financiación a la ONG. Es el caso de compañías como Accenture, Unilever, el aeropuerto de Heathrow… También Visa o CO Bank han reconocido su preocupación por lo ocurrido, abriendo la puerta a una eventual retirada de fondos.