Uno de los principales estereotipos sobre los españoles está relacionado con la fiesta y el consumo de alcohol. Sin embargo, los datos demuestran que el consumo de un español es ligeramente inferior al promedio de la Unión Europea.
De hecho, en base a la compra de alcohol en locales de distribución, los españoles son los que menos consumen alcohol, con apenas un 0,8% del presupuesto familiar, según Eurostat. Esta estadística está afectada por la elevada proporción, como se verá más adelante, del consumo en bares y restaurantes, pero, aún así, es un dato relevante a tener en cuenta.
Los habitantes de las repúblicas bálticas lideran el consumo de alcohol en supermercados y una de ellas, Estonia, ocupa la primera posición si se suma el consumo en bares y restaurantes. En esta clasificación, a partir de datos de Spirits Europe, los españoles ocupan una posición baja, con un consumo per cápita por debajo de alemanes, británicos o franceses. En relación al resto de países europeos, el consumo de bebidas espirituosas, como el whisky o la ginebra, es relativamente mayor, mientras que es inferior en cerveza y vino.
Con la base de datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), destaca a nivel global el menor consumo de alcohol en las economías asiáticas o americanas frente a las europeas. En Estados Unidos, con un mayor peso relativo de la cerveza, el consumo es menor al de España, mientras que en China o Japón se sitúa más atrás, eso sí, con un notable consumo de las bebidas espirituosas. Corea del Sur destaca por la demanda dentro de la categoría de "otros", como los licores obtenidos del arroz, y por los problemas relacionados con el consumo excesivo de alcohol.
Por otro lado, una tendencia que se observa durante los últimos cincuenta años entre las principales economías mundiales es la convergencia en el consumo de alcohol. Si en los años sesenta, un francés consumía de media seis y trece veces más alcohol que un japonés y un brasileño, respectivamente, en la actualidad la proporción es sólo de una vez y media. En el caso de China, ha pasado de no consumir prácticamente nada a situarse no muy lejos de Italia.
En cuanto a España, la evolución histórica muestra cómo la cerveza se ha situado a la cabeza tras el descenso que ha registrado el vino. Por su parte, la demanda de bebidas espirituosas es cada vez mayor, lo que puede estar relacionado con una mejora de la renta de los hogares. Asimismo, el vino que se consume hoy tampoco es igual al de hace cincuenta años, ya que crece mucho la proporción de vino con denominación de origen.
A nivel regional, los datos del INE indican que el mayor consumo se localiza en las dos castillas y el más bajo en Murcia y Cantabria.
En el caso de las bebidas espirituosas, su consumo sólo ha repuntado a partir de 2015, según la Federación Española de Bebidas Espirituosas, tras sufrir los efectos de la crisis y el incremento del IVA.
Por otro lado, el canal de venta se concentra en la restauración, con un 59% del total. En concreto, el 64% de la cerveza se vende en bares y restaurantes, frente al 38% del vino. El restante 41% se produce en los super e hipermercados para su consumo en el hogar (en la cerveza es el 36%, y en el vino el 28%, siendo el 34% restante catering, bodegas o venta por Internet). A su vez, el consumo en restauración se reparte principalmente en bares y, en menor medida, en restaurantes y locales de copas.
En cuanto al tipo de bebida, el whisky ha ocupado tradicionalmente la primera posición en el ranking de bebidas espirituosas más vendidas, seguido primero del ron y más recientemente de la ginebra, que, junto al anís, incrementa ininterrumpidamente su peso desde 2012.
Precisamente, el consumo de la ginebra -a partir de la moda del gin tonic- está cada vez más cerca del whisky y, de mantenerse la tendencia actual, podría superarlo en cinco años.
El definitiva, el consumo de bebidas alcohólicas entre los españoles no destaca especialmente si se compara con el de otros países de su entorno, lo que rompería un tópico. Otro posible tópico es el del consumo de vino, que hace veinte años dejó de ser el líder absoluto en España, ya que hoy en día es superado por el consumo de cerveza y bebidas espirituosas. Otra tendencia a destacar es la creciente popularidad de la ginebra, que amenaza el primer puesto del whisky. Se trata de hábitos de consumo que no dejan de evolucionar con el tiempo.