En los últimos tiempos, hemos escuchado numerosas noticias y reivindicaciones dentro de diferentes sectores de nuestro país sobre la necesidad de lograr la igualdad salarial entre hombres y mujeres. El PSOE ha propuesto incluso crear una agencia para vigilar la brecha salarial y multar a las empresas que paguen más a los hombres que a las mujeres
Y, efectivamente, si observamos los datos de Eurostat, el conjunto de mujeres que trabajan en España cobra un 14,9% menos que los hombres, pero esto no significa que exista una discriminación sistemática hacia las mujeres, puesto que las campañas de la Inspección de Trabajo solo encuentran en el 1% de los casos analizados infracciones por discriminación de género.
En efecto, la brecha salarial se produce más bien por la diferente elección de las carreras profesionales y en el número de horas trabajadas entre hombres y mujeres -una diferencia aproximada de 400 horas entre ambos grupos-, que se traduce en diferencias en el tipo de jornada, puesto que las mujeres optan más por trabajar a tiempo parcial. Dicha decisión se ve influida, en gran medida, por el nacimiento del primer hijo, como se demuestra en la gráfica siguiente para el caso danés y que es extrapolable a España, ya que es consecuente con la evolución de la brecha salarial por tramos de edad. Corregidas estas variables, la brecha salarial rondaría, en realidad, apenas el 5%.
El caso de Uber
A todo ello se suma un reciente estudio en el que se analiza la brecha salarial entre los conductores de Uber en EEUU (más de 1 millón de personas), que, como se indica en el propio trabajo, más del 30% si tomamos como referencia el sueldo semanal medio (397,68 dólares en el caso de los hombres frente a 268,18 de las mujeres). Sin embargo, si comparamos el salario por hora trabajada, dicha brecha se reduce a tan sólo el 6% (21,28 dólares frente a 20,04).
Los autores han analizado el por qué de esta diferencia entre ganancias por hora trabajada y han encontrado tres factores que explican íntegramente dicha brecha, y ninguna tiene que ver con la discriminación:
- Experiencia en la plataforma: los hombres tienden a trabajar más horas y aguantan más tiempo en la plataforma, y que explica el 36% de la brecha.
- La velocidad: los hombres tienden a conducir más rápido, lo cual explica el 48% de las diferencias salariales observadas.
- El lugar de conducción: los hombres conducen en zonas de mayor actividad, lo que explica el 28% de los diferentes salarios que perciben unos y otros.
En definitiva, la brecha salarial entre hombres y mujeres no se produce por una discriminación sistemática hacia las mujeres, esto es, no trabajan gratis casi 2 meses como advierte UGT, sino que, tal y como evidencia el caso de los conductores de Uber, existe otro tipo de explicaciones que ayuda a entender estas diferencias.
Por ello, la cuestión de la brecha salarial debería abordarse, en todo caso, con políticas de conciliación, esto es, ofreciendo incentivos fiscales a empresas y trabajadores, y mediante una mejor educación que logre una mayor capacitación de los estudiantes para desarrollar las habilidades y conocimientos que exige el mercado laboral en un entorno de flexibilidad.