El fenómeno de la ocupación en España sigue dejando desamparados a los dueños de las viviendas e impunes a estos enemigos de la propiedad privada. El colmo de una ley que ignora a los propietarios se ha producido en Palma de Mallorca, donde una familia de etnia gitana ha asaltado una finca.
Cuando el pasado día 15 de enero el dueño vio que la verja de acceso a la vivienda estaba abierta, se aproximó a su finca. Allí comprobó que había varios coches estacionados frente a su casa y más de 20 vehículos aparcados a modo de depósito de coches. También, había una gran cantidad de chatarra, según recoge y corrobora el diario Última Hora.
La finca, de unos 15.000 metros cuadrados, es propiedad de la familia de un conocido empresario mallorquín.
Para más inri, los okupas, que se han enganchado a la luz eléctrica, han denunciado al propietario por supuestas amenazas de muerte. La víctima niega los hechos y asegura que solo es una treta para alargar más el proceso de desahucio. De hecho, la Policía Nacional llegó a tomar declaración al dueño de la finca por esas amenazas antes que como afectado por el asalto a su casa.