Increíble, pero cierto. A sus 81 años, el empresario y ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi vuelve a colocarse como favorito para liderar el futuro gobierno de su país. Así lo acreditan todas las encuestas, que otorgan a su coalición política una ventaja de diez puntos sobre el socialdemócrata Matteo Renzi y el populista Luigi De Magio.
Los comicios, convocados hace escasas semanas, tendrán lugar el próximo 4 de marzo. Berlusconi está inhabilitado para gobernar hasta 2019, a raíz de una condena por fraude fiscal que ha recurrido ante el Tribunal de Estrasburgo. Si la Justicia europea le da la razón, Il Cavaliere concurrirá a las elecciones sin problema.
Pero el magnate ya ha preparado un "Plan B". Para cumplir con la ley, escogerá a un candidato oficial, que podría ser el hoy presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani. Para dejar claras sus intenciones, cambiará el nombre de la papeleta de Forza Italia por "Berlusconi Presidente". Y, si las elecciones arrojan el resultado esperado, el empresario esperará que surja la oportunidad para volver al cargo de primer ministro, bien con un indulto, bien esperando a que venza su inhabilitación, bien aprovechando cualquier otro resquicio legal.
La trampa de las encuestas: lo que cuentan son los bloques
Pero, para que Il Cavaliere asegure su regreso al poder, el centro-derecha necesita primero un triunfo electoral. Un primer vistazo a las encuestas muestra que la lista más votada será el populista Movimiento 5 Estrellas, que se mueve en una intención de voto del 26-28%. Pero sería un error pensar que los de Beppe Grillo van por delante, puesto que la Ley Electoral transalpina favorece las coaliciones y Berlusconi tiene mucho que ganar en ese terreno.
Así, su partido Forza Italia concurrirá a las urnas en alianza con la Liga Norte y con Fratelli d’Italia. Si sumamos los apoyos de los tres partidos, vemos que el centro-derecha se mueve en un rango del 36-38%, aunque el ex primer ministro cree que la campaña electoral puede servir para aumentar este porcentaje hasta niveles del 45%, gracias al desencanto del electorado con el Movimiento 5 Estrellas y a la decadencia electoral del Partido Demócrata de Matteo Renzi.
Rebajas fiscales a empresas y familias
¿Qué supone la cuarta campaña política de Berlusconi para la economía italiana? Su mensaje central gira en torno a la propuesta de una revolución fiscal. La punta de lanza sería una reforma del Impuesto sobre la Renta. La medida, sugerida por Berlusconi desde hace décadas, está inspirada en las últimas propuestas que han esbozado los teóricos liberales del Instituto Bruno Leoni.
Il Cavaliere quiere eliminar los distintos tramos del gravamen e imponer una tasa única del 20%, si bien la introducción de la tasa empezaría en el 23% durante el primer curso de la legislatura y sería revisada a la baja en los siguientes años. La propuesta sería complementada con un cheque de 1.200 euros mensuales para dos millones de familias, planteado como una devolución de los impuestos pagados para los hogares de menores ingresos.
El magnate también quiere aliviar la carga que soportan las empresas transalpinas. En vez de reducir el Impuesto de Sociedades, Berlusconi apuesta por abolir un gravamen complementario aplicado por las regiones italianas, el llamado IRAP. De aplicarse esta medida, el sector privado se ahorraría cerca de 13.000 millones de euros y la fiscalidad empresarial se vería reducida y simplificada.
Por último, la propuesta de Forza Italia para 2018 también plantea la abolición del Impuesto Estatal sobre Vehículos, una medida que supondría un ahorro de 3.000 millones de euros. Históricamente, este tributo ha sido muy impopular entre los contribuyentes. De hecho, la acumulación de gravámenes al automóvil, manifestada también en los tributos que gravan la venta de carburante, es una de las razones que explica la popularidad de las motocicletas en las ciudades del país mediterráneo.