La recuperación económica no ha sido homogénea, sino que ha tenido más fuerza en las ciudades que en el campo. Para estudiar la mejora de la actividad en los entornos urbanos, FUNCAS ha publicado un número especial de su revista Papeles de Economía Española. Una de las conclusiones del estudio es que nuestro país se sitúa entre las economías europeas con un suministro de agua más barato.
El capítulo que se encarga de evaluar esta cuestión viene firmado por Fernando Arbués, Jaime Sanaú y José María Serrano, profesores de la Universidad de Zaragoza. Los tres autores determinan que "el precio del agua no guarda tanta relación con el sistema de gestión sino con el acceso a recursos hídricos y la estructura urbana".
Arbués, Sanaú y Serrano encuentran que "a diferencia de lo que ocurre con la electricidad o el gas, el precio del agua es comparativamente más barato en España que en los países europeos". En este sentido, señalan que "el precio del agua no es argumento para las llamadas remunicipalizaciones", todo un dardo a la agenda municipal de las marcas blancas de Podemos.
El estudio ha considerado todas las capitales de provincia y las ciudades de más de 100.000 habitantes. La gestión directa está presente en 33 de estos núcleos urbanos, mientras que las concesiones y los modelos mixtos elevan a 46 el número de ciudades con un suministro de agua controlado total o parcialmente por empresas del sector privado como Grupo Suez o Aqualia.
Los cánones suponen el 30% del coste
En el recibo del agua que pagan los hogares españoles, el coste de abastecimiento supone el 49%, mientras que el saneamiento y la depuración son el 21% del desembolso. Sin embargo, los distintos cánones introducidos por los gobiernos autonómicos y municipales ascienden al 30% del desembolso asumido por los consumidores.
Si nos comparamos con los demás socios europeos, vemos que un consumo medio por hogar tiene un precio unitario de ciclo integral equivalente a 2,18 euros. Nos situamos, por tanto, entre los países con un suministro de agua más barato, a la altura de Portugal (2,15 euros), Hungría (2,07 euros), Polonia (2,05 euros), Rumanía (1,52 euros), Bulgaria (1,36 euros) o Italia (1,10 euros).
Por el contrario, en Dinamarca vemos que el precio es de 7,32 euros, mientras que en Países Bajos asciende a 5,21 euros, en Finlandia a 4,4 euros, en Reino Unido a 4,3 euros, en Suecia a 4,1 euros, en Bélgica a 4,1 euros, en Austria a 3,9 euros, en Chipre a 3,8 euros, en Noruega a 3,7 euros y en Francia a 3,6 euros.