Las últimas elecciones generales celebradas en Austria arrojaron un claro avance de las formaciones políticas escoradas a la derecha del espectro político. Los liberal-conservadores del Partido Popular Austriaco (ÖVP) lograron el triunfo aupados por la popularidad de su líder Sebastian Kurz, de apenas 31 años de edad. Además, el Partido de la Libertad (FPÖ) logró un buen resultado, certificando el auge de una formación que centra su discurso en limitar la inmigración, reducir el peso de las instituciones europeas y ayudar a las familias de clase media.
El triunfo de Kurz anticipaba un giro liberal en la política económica de Austria. Las negociaciones para formar gobierno han sido relativamente sencillas y, en cuestión de semanas, los equipos de ÖVP y FPÖ han redactado un documento de 180 páginas que servirá como eje programático a lo largo de la legislatura. En la rueda de prensa que sirvió para anunciar el acuerdo, Kurz explicó que su gobierno tendrá "tres objetivos centrales: reducir los impuestos, impulsar la economía y reducir la inmigración ilegal".
El nuevo Ejecutivo estará compuesto por catorce ministerios. El FPÖ se quedará con las carteras de Interior, Exteriores, Defensa, Asuntos Sociales, Sanidad e Infraestructuras, mientras que el ÖVP retendrá el resto de áreas del gabinete. Eso sí, Kurz asumirá directamente las competencias de Exteriores en materia europea, lo que supone un freno a las pretensiones del Partido de la Libertad, que pretendía impulsar un referéndum de salida de la Unión Europea. El documento pactado por ambas formaciones recoge, de hecho, el compromiso de no realizar una votación de este tipo durante el próximo lustro.
En clave económica, una de las medidas estrella del programa que acaban de pactar los dos partidos de la derecha austriaca es la introducción de un cheque bebé valorado en 1.500 euros. Además, el ÖVP y el FPÖ han acordado una deducción en el Impuesto sobre la Renta que descontará 1.900 euros anuales a las familias con hijos. Pero estas medidas son solamente la antesala de una reforma tributaria que está llamada a bajar los impuestos directos en 12.000 millones de euros.
Por otro lado, el gabinete de Kurz apuesta por reducir la carga fiscal que soportan las empresas y, si bien está previsto un recorte del tipo general del Impuesto de Sociedades, la medida estrella a corto plazo será un cambio en las reglas de dicho gravamen que permitirá una generosa deducción por reinversión de beneficios.
El documento también introduce un tope a las ayudas sociales. Como norma general, ninguna familia podrá percibir más de 1.500 euros. Ese límite será aún menor para los inmigrantes, entre quienes se promoverá el pago de ayudas en especie para evitar el "efecto llamada" ligado a las transferencias monetarias.
Además, el acuerdo de gobierno contempla también la introducción de una nueva Regla de Gasto que tendrá rango constitucional y contribuirá a reducir la deuda. En este sentido, también llama la atención la propuesta de realizar una auditoría del gasto público, coordinada por el ministerio de Finanzas y orientada a reducir los presupuestos con criterios de eficiencia.