Esta misma semana, la guerra del cava volverá a ser noticia. Antes del día 15, el ministerio de Agricultura va a pronunciarse sobre la posibilidad de ampliar la superficie cultivable y, en línea con las quejas de las bodegas catalanas, todo apunta a que se establecerá un tope del 0,5% que, en la práctica, actuará como freno a los productores extremeños y valencianos, que llevan cinco años multiplicando sus ventas.
Más del 90% de la producción nacional procede de Cataluña. Sin embargo, fuera de la región mediterránea hay una veintena de municipios con permiso para elaborar espumoso en el marco de la denominación de origen cava. Aunque la mayoría de estas licencias están en La Rioja, lo cierto es que las explotaciones que más están creciendo están ubicadas en Almendralejo (provincia de Badajoz) y Requena (provincia de Valencia).
El sector está creciendo con fuerza y viene de superar los 300 millones de kilos de producción durante el pasado ejercicio. Estas cifras de actividad en las bodegas han permitido sacar a la venta 245 millones de botellas. El sector exterior tiene especial importancia para el cava, puesto que seis de cada diez unidades han sido despachadas fuera de nuestras fronteras.
Proteccionismo catalán
Esta pujanza choca con las quejas de los productores catalanes, que llevan años denunciando una burbuja en el sector. En este sentido, el Consejo Regulador del Cava ha presentado al ministerio de Agricultura un informe que llama a congelar el aumento de la superficie cultivable. Por su parte, la Comisión Europea ha pedido establecer un tope del 1% en la concesión de nuevas licencias de producción vitivinícola.
Según ha trascendido, el ministerio de Agricultura va a quedarse a medio camino entre ambas posturas. No respaldará el proteccionismo cerril que reivindican los productores catalanes, pero tampoco permitirá que el espumoso valenciano y extremeño crezca tanto como permite la normativa comunitaria. De modo que el departamento de Isabel García Tejerina se dispone a autorizar un tímido aumento del 0,5%, tasa similar a la aprobada en los dos últimos ejercicios (0,43% en 2016, 0,52% en 2017).
Pero no todo es cava. Fuera de la denominación de origen hay productores que apuestan por desarrollar un caldo similar. El mejor ejemplo lo tenemos en Galicia, donde los productores de albariño están empezando a apostar por el espumoso. En los últimos años, este pequeño segmento del mercado ha aumentado un 500% sus ventas y las perspectivas para las próximas Navidades son muy favorables.