España tiene uno de los sistemas fiscales menos competitivos de la OCDE. Así se desprende del índice sobre esta materia elaborado por la Tax Foundation de Estados Unidos y divulgado en nuestro país por el Foro Regulación Inteligente. La mala calificación recibida por nuestro país tiene que ver con el mediocre diseño de nuestros principales tributos, caracterizados por su ineficiencia recaudatoria, sus tipos poco atractivos y sus normas complejas.
En clave autonómica, la falta de claridad es más que evidente. Tal y como avanzó Libre Mercado, solo las provincias vascas y Madrid mantienen un marco impositivo favorable al crecimiento, mientras que regiones como Cataluña o Extremadura se caracterizan por la falta de atractivo de su sistema tributario.
Uno de los problemas de los sistemas fiscales autonómicos es la complejidad de su sistema de deducciones. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, hay más de veinticinco opciones distintas que permite reducir la carga fiscal soportada por los declarantes del Impuesto sobre la Renta. Si sumamos la normativa de todas las regiones, la cifra se sitúa cerca de las 200 deducciones.
Aunque siempre es bueno que el contribuyente tenga más dinero en su bolsillo, la complejidad del marco vigente va en detrimento de dos principios fundamentales de los buenos sistemas tributarios: la sencillez y la transparencia. En cualquier caso, aunque las deducciones añaden más burocracia, también es cierto que suponen un cierto alivio fiscal para los sufridos pagadores de impuestos.
Por ese motivo, merece la pena estudiar los datos de recaudación de la Agencia Tributaria, que arrojan algo de luz sobre el impacto de estas reglas impositivas. De entrada, los números de Hacienda nos dicen queel actual sistema de deducciones dista mucho de ser aprovechado por la mayoría de los contribuyentes. En realidad, según publica Cinco Días, solamente el 8% de los declarantes se acoge a estos descuentos fiscales, lo que apenas supone una merma de ingresos de 350 millones de euros. Para ese pequeño grupo de ciudadanos, la rebaja media ronda los 230 euros.
La región que permite un mayor ahorro fiscal es Castilla y León, donde la caída media de la recaudación es de 415 euros por cada contribuyente que se aplica una deducción. A continuación figuran Madrid (350 euros), Asturias (310 euros) y Galicia (310 euros). En el extremo opuesto nos topamos con Andalucía (125 euros), Baleares (105 euros), Aragón (100 euros) o Extremadura (70 euros). El promedio nacional es de 232 euros, mientras que la media aritmética de todas las comunidades autónomas es de 200 euros.
