El ministro de Finanzas de Portugal, Mario Centeno, ha sido elegido como nuevo presidente del Eurogrupo. La decisión se ha tomado tras la votación celebrada el lunes. También optaban al puesto el luxemburgués Pierre Gramegna, el eslovaca Peter Kazimir y la letona Dana Reizniece-Ozola.
El holandés Jeroen Dijsselbloem, que ostenta el cargo desde hace un lustro, abandonará la presidencia del Eurogrupo el próximo 13 de diciembre. Su sustituto llevaba meses postulándose para el puesto, pero su candidatura empezó a cobrar fuerza a finales de verano. Hubo dos factores clave que ayudaron a lanzar la elección de Centeno: por un lado, los buenos datos fiscales exhibidos por el gobierno luso; por otro lado, un acercamiento entre socialdemócratas y conservadores que reconcilió al Partido Popular Europeo con la idea de nombrar a un presidente de izquierdas para el grupo de trabajo que reúne a los ministros de Economía o Finanzas de los distintos países de la zona euro.
Aunque el gobierno federal de Alemania solo está operando en funciones, su ex ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, dio luz verde al nombramiento de Centeno. De hecho, el político teutón bromeó sobre las buenas cifras presupuestarias de Portugal, apuntando que el nuevo presidente del Eurogrupo es "el Cristiano Ronaldo del Ecofin".
El déficit del gobierno luso se sitúa en el entorno del 2% del PIB. Aunque no es una cifra idónea, supone la más baja desde el año 1974. Centeno ha garantizado el cumplimiento de los objetivos presupuestarios activando retenciones de gasto conocidas como "cativações". El año pasado, estas congelaciones fueron cercanas a los 1.000 millones de euros, lo que despertó las críticas de algunos sectores de la izquierda.
Centeno, que se doctoró en Economía en la Universidad de Harvard, ha pasado por la Comisión Europea, donde trabajó entre 2004 y 2013 como integrante de su Comité de Política Económica. Su especialización es el mercado de trabajo, pero, paradójicamente, su periplo como ministro no ha estado marcada por grandes cambios en este frente, quizá porque la reforma laboral introducida por el anterior gabinete conservador ha arrojado buenos resultados.
Socialdemócratas comprometidos con la austeridad
Centeno, de 51 años, llega a la presidencia del Eurogrupo con la promesa de defender una unión monetaria en la que "la solidaridad irá de la mano de la responsabilidad", todo un guiño a los halcones fiscales teutones. No obstante, su elección también contenta a la izquierda continental, que atraviesa una dura crisis, pero que ve en el gobierno de Antonio Costa un caso de éxito que merece mayor relieve político.
Como explicó Libre Mercado, el Ejecutivo socialdemócrata de nuestro país vecino no empezó de cero, sino que se limitó a continuar el programa de ajuste diseñado por el anterior gobierno, de sello conservador. Bajo el primer ministro Passos Coelho, el peso del gasto público cayó del 50% al 42% del PIB. Aunque Costa habló en campaña de "poner fin a la austeridad", lo cierto es que su gobierno ha respetado las líneas básicas de actuación marcadas por su antecesor en el cargo. De hecho, en los últimos años se ha comprobado que la implementación de políticas de contención del gasto ha sido más intensa en Portugal que en España.
El electorado ha premiado el continuismo y el pragmatismo de Costa, que llegó al poder con apoyo de dos partidos de izquierda radical, pero que ha pactado las principales medidas económicas y financieras con la oposición de centro-derecha. La jugada ha sido maestra en términos electorales y los socialdemócratas no han parado de mejorar su intención de voto desde entonces.