Cataluña ha sido, históricamente, la principal comunidad autónoma por nivel de renta. Sin embargo, en los últimos años Madrid se está acercando cada vez más. Según la base de datos del Ministerio de Economía, el valor añadido bruto (VAB) en términos constantes de Madrid -descontando la inflación- ha pasado del 72% en 1965 al 83% en 1980 y al 96% del que registra Cataluña en 2016.
Dicho diferencial se reduce aún más si se mide en PIB nominal, ya que se queda en el 99,5%. No hay grandes diferencias entre tomar como referencia el VAB o el PIB, dado que lo único que varía son los impuestos sobre la producción y su impacto, en este caso, es homogéneo por comunidad autónoma.
Sin embargo, sí que es más relevante comparar la renta aislando cambios en las variaciones de los precios, dado que una mayor inflación no supone producir más bienes o servicios, por lo que tomar como referencia el VAB en términos constantes es más correcto. La economía catalana se caracteriza por un mayor peso de la industria y la construcción, mientras que los servicios tienen una mayor relevancia en Madrid.
En el caso de la industria catalana, su importancia es decreciente en los últimos 30 años, al bajar del 28% al 21% del total de la economía regional. De hecho, esta actividad lleva estancada desde 1990 y sólo repunta recientemente gracias, entre otros factores, al tirón de las exportaciones de mercancías.
En lo que respecta a la construcción, su renta en Cataluña o ha crecido más o ha caído menos que en Madrid desde el inicio del presente siglo. Destaca especialmente su rebote en los tres últimos años, cuando apenas se observa recuperación en Madrid. El repunte desde 2013 de la construcción en Cataluña es significativo, dado que, en su ausencia, la renta catalana ya sería inferior a la de Madrid.
Finalmente, el mayor peso de los servicios en Madrid se explica por dos ramas de actividad: los servicios profesionales -abogados, consultores- y el sector administrativo y de comunicaciones, donde el efecto de ser capital puede ser determinante.
En perspectiva, el crecimiento de los servicios ha sido superior en Madrid al de Cataluña, con la excepción del periodo 1983-1996, debido a las actividades más vinculadas con el consumo, como son el comercio o la hostelería. En esos años se produjo un boom del turismo en España y el VAB de la hostelería casi se quintuplicó, mientras que el total de la economía se triplicó.
Población y renta per cápita
Por otro lado, el crecimiento demográfico en Madrid también ha sido superior al de Cataluña, si bien con un diferencial inferior al de la renta. En 1964, la población madrileña suponía el 69% de la catalana, en 1980 el 78% y en 2016 el 87%.
En ambas comunidades, el impacto de la inmigración y sus positivos efectos sobre el crecimiento económico han sido notables. En Cataluña, según un estudio de Anna Cabré publicado en el Instituto Catalán del Mediterráneo, el 60% de su población en 1999 era fruto de los flujos migratorios del pasado siglo, mientras que, en Madrid, el 54% del crecimiento de su población entre 1975 y 2015 es efecto directo de dichos flujos netos.
Asimismo, si bien Cataluña tiene más población que Madrid, su renta por habitante ha sido históricamente inferior. El diferencial pasó del 1% en 1964 al 11% en 1983, para descender luego al 3% en 1996 -por el boom turístico de esa época- y, posteriormente, volver a crecer hasta el 14% en 2009, en pleno inicio de la crisis. Desde entonces, se ha reducido hasta el 10% actual.
La renta per cápita de ambas comunidades ha sido creciente en los últimos 52 años, con las excepciones de la crisis del petróleo de 1976-1982 y de la más reciente de 2008-2013. Los otros años de caída fueron la crisis económica de 1993 y el bienio 2002-2003, cuando la población creció más que la renta.
En cuanto al empleo, la evolución relativa de los asalariados según la Encuesta de Población Activa (EPA) es algo errática y refleja dos fases: la primera, de mejor evolución en Madrid, desde 1955 hasta 1983, cuando el diferencial paso del 75% al 97%, y una segunda de estabilización, donde el diferencial de Madrid se sitúa entre el 91% y el 98% de Cataluña.
Asimismo, las afiliaciones a la Seguridad Social, menos volátil que la EPA, muestran un mayor crecimiento relativo de Madrid desde 2001 hasta finales de 2012 para, desde entonces, estabilizarse o incluso revertirse ligeramente, situándose hoy en el 91%.
En resumen, en las últimas seis décadas, el crecimiento de Madrid ha superado al de Cataluña hasta situar su renta apenas un 4% por debajo. Como se puede observar en el siguiente gráfico, en los diez años más recientes, la evolución de ambas economías está bastante sincronizada, exceptuando el mayor impacto que tuvo el inicio de la crisis en Cataluña. Sin embargo, esta sincronización podría romperse si la crisis política catalana se prolonga. En ese escenario, sería previsible que Madrid superara a Cataluña, convirtiéndose así en la principal región de España.