"No es no". En plena crisis política e institucional, el PSOE optó por negarse a cerrar cualquier tipo de acuerdo de gobierno con el PP. Un semestre después, los socialistas recibieron un duro varapalo electoral que despejó el camino a la reelección de los populares. El mensaje de los votantes fue claro: la incertidumbre y la falta de entendimiento pueden salir muy caras en las urnas.
Eso mismo es lo que temen los socialdemócratas alemanes. En los tres últimos lustros, la canciller en funciones Ángela Merkel les ha convencido en dos ocasiones de la necesidad formar una Gran Coalición, pero los resultados electorales del partido no han experimentado un cambio a mejor a pesar de la responsabilidad asumida.
Así las cosas, no sorprende que el SPD se haya mostrado reacio a suscribir un nuevo pacto de gobierno con la alianza CDU/CSU que pilota la lideresa conservadora. El "no es no" parecía haber vuelto a la arena política europea, esta vez con acento alemán. En base a la aritmética que arrojaron los comicios generales del 24 de septiembre, Merkel se vio obligada a negociar con los liberal-demócratas del FDP y los ecologistas de Los Verdes… pero el acuerdo entre yuppies y hippies ha sido imposible.
Ante esta situación de bloqueo político, el presidente de la República Alemana, Frank-Walter Steinmeier, movió ficha la pasada semana y convocó una reunión de emergencia con el SPD. Martin Schulz, que dejó el Parlamento Europeo para liderar a los socialdemócratas, llegó a la reunión con cara de pocos amigos, pero terminó accediendo a dialogar con Merkel en nombre de la "estabilidad". El dirigente de izquierda advierte, eso sí, que consultará a los 450.000 afiliados de su partido.
La economía sigue creciendo
En el quiosco de prensa no han tardado en llegar las reacciones. El Handelsblatt no ve con buenos ojos la perspectiva de una nueva Gran Coalición y defiende que ha llegado la hora de que Alemania se acostumbre a los gobiernos en minoría. El Frankfurter Allgemeine apuesta por el acuerdo entre CDU/CSU y SPD, apoyándose en el cambio de actitud que han exhibido los socialdemócratas. El Bild se mofa del cambio de actitud de Schulz y mantiene su apoyo a la canciller en funciones.
Por fortuna para el sector privado, las discusiones entre los distintos líderes políticos del país teutón no parecen estar afectando las perspectivas de crecimiento de la llamada locomotora europea. Los datos del PIB muestran que las exportaciones están subiendo a un ritmo del 1,7%, frente al aumento del 0,9% en las importaciones. Se apuntala, por tanto, el superávit comercial que tanto importa a los alemanes.
También hay buenos datos de inversión privada en campos como la maquinaria y el equipamiento (sube un 1,5%), así como una notable estabilidad fiscal que apuntala el superávit (el gasto está congelado). Si nos referimos a la producción industrial, los indicadores adelantados de Markit arrojan el mejor noviembre en siete años.