El empresario Silvio Berlusconi prepara su regreso a la primera fila de la política italiana. Il Cavaliere salió fortalecido de las últimas elecciones municipales, que arrojaron buenos resultados para su partido, Forza Italia, y otras agrupaciones del centro-derecha transalpino. Desde entonces, el magnate ha intensificado su agenda política, con la expectativa de una nueva campaña a la jefatura de gobierno.
Las encuestas son claras. Si el centro-derecha sigue fragmentado, las agrupaciones que se disputarán el poder son el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Demócrata. El sondeo realizado hace escasas semanas por Tecné apunta que la agrupación populista recibiría hoy el 25,7% de los votos, mientras que la formación de izquierdas se anotaría el 26,2% de los sufragios. El tercer puesto sería para Forza Italia, con un 16%. Justo a continuación aparece la Liga Norte, que logra el 15,5% de la intención de voto. En quinto lugar nos encontramos con un joven partido conservador, Fratelli d'Italia, que logra el 4,8% de los apoyos.
De modo que el espectro del centro-derecha está muy fragmentado, pero sus tres formaciones suman porcentajes de apoyo que rebasan el 36% y que abren la puerta a una alianza vencedora. No hablamos de un pacto inédito. Berlusconi siempre ha concurrido a las urnas apoyándose en la Liga Norte y, de hecho, dicha alianza viene de triunfar en las regionales de Sicilia.
Alianza con la Liga Norte
Berlusconi tendrá que entenderse primero con Matteo Salvini, el político lombardo que encabeza la Liga Norte. El partido fundado por Umberto Bossi está ahora en manos del lombardo Matteo Salvini. Bajo su liderazgo, se han mantenido el tradicional discurso autonomista de las provincias del norte, pero también se han incorporado mensajes programáticos de corte euroescéptico, así como propuestas orientadas a restringir la inmigración.
Il Cavaliere pretende sellar el acuerdo a base de adoptar un discurso más crítico con la Unión Europea y con la inmigración ilegal. Este giro ayudará a encontrar puntos en común con Fratelli d'Italia, que también cultiva este tipo de mensajes. A cambio, Berlusconi pondrá en la mesa propuestas económicas de corte liberal.
Las tres agrupaciones han acordado que el partido que obtenga más votos en las generales recibirá el apoyo parlamentario de las otras dos formaciones, de modo que no se contempla una candidatura de unidad sino un pacto orientado a un escenario postelectoral. La candidatura de Berlusconi cuelga, eso sí, de una sentencia de la Corte Europea de Derechos Humanos, que debe levantar una sanción que le mantiene inhabilitado para cargos públicos hasta 2019.
Revolución del sistema fiscal
Por el lado económico, Silvio Berlusconi ha puesto encima de la mesa una propuesta de "revolución del sistema fiscal, para premiar el esfuerzo de los trabajadores italianos. La idea es caminar hacia un sistema simple, claro, comprensible para todos y fácil de aplicar. El modelo actual es complicado, repleto de deducciones y normas. Queremos reemplazarlo con una cuota única del 20%".
Según el fundador de Mediaset y Fininvest, "con el modelo del flat tax, cada italiano pagará el 20% de lo que gana, ni un céntimo más ni un céntimo menos. Es un sistema que ya propuse en 1994, de la mano del profesor Antonio Martini. Hay casi cuarenta países que ya lo han adoptado, incluyendo a miembros de la Unión Europea, de modo que partimos de que Bruselas no pondrá objeciones".
El sistema contempla una deducción para los primeros 13.000 euros, que se aplicaría a los sueldos bajos y a los jubilados. "La idea es que todo pensionista o todo trabajador que tenga un sueldo reducido gane, al menos, 1.000 euros al mes. Para ellos, el sistema no aplicaría ningún tributo. Y para el resto, el gravamen efectivo sería más bajo y, sobre todo, más simple. Por otra parte, el flat tax del 20% lograría mantener los ingresos públicos en niveles muy similares, evitando un agujero en las cuentas públicas", señala Berlusconi.