El sector del cava ha experimentado un importante salto adelante en Extremadura. Si en 2004 generaba algo más de 75.000 botellas por temporada, un año después ya se había alcanzado la barrera de las 300.000. La trayectoria ascendente continuó durante la década siguiente, hasta llegar a 2,8 millones en 2014. Este 2017, el sector espera producir cerca de 6 millones de botellas de cava.
Los datos anteriores, recogidos por el diario Hoy, confirman el éxito de esta joven industria. De hecho, si nos fijamos en la superficie cultivada vemos que Extremadura ha pasado de 400 hectáreas en 2014 a 1.400 en 2017. No hablamos de una cuota significativa en comparación con el mercado nacional (35.000 hectáreas, más del 95% en suelo catalán), pero sí de una clara trayectoria alcista.
Pero el Gobierno de Mariano Rajoy ha decidido fijar un tope a la capacidad de crecimiento del sector. El día 2 de noviembre, el consejo regulador del cava pidió al Ministerio de Agricultura que frenase el desarrollo del sector en Extremadura. Desde la tierra de los conquistadores recalcan que el consejo regulador está en manos de los bodegueros catalanes e insisten en que la decisión no parte de un criterio técnico sino de un enfoque proteccionista.
El caso es que Agricultura ha hecho caso al consejo regulador y, lejos de defender el crecimiento del cava en Extremadura, ha optado por denegar la autorización de nuevas hectáreas para los años 2018, 2019 y 2020. Las empresas de la región están en pie de guerra y el Ejecutivo extremeño ya ha anunciado que presentará alegaciones para frenar este veto.
Una batalla que viene de lejos
No es la primera vez que este asunto genera polémica. A comienzos de año, el Ministerio rechazó una solicitud anterior del consejo regulador que llamaba a limitar el crecimiento de las plantaciones de cava en Extremadura. Entonces, el área de gobierno que dirige la ministra Isabel García Tejerina entendió que no había "motivos para la restricción".
Eugenia Puig, secretaria general del consejo regulador del cava, afirmaba todo lo contrario y defendía en las páginas de El Economista que "actualmente, con el nivel de ventas que tenemos, no hace falta más producción en ningún caso. Si produjéramos más, lo único que se conseguiría es devaluar el producto".
En Extremadura, la reacción está comandada por Almendralejo. La localidad pacense es la única que está autorizada para producir cava. Según declaraciones de su alcalde, José García Lobato,"Cataluña tiene miedo del producto extremeño porque está creciendo con mucha fuerza y podemos vender a la mitad de precio con una calidad similar".
En internet, El Club de los Viernes ha impulsado una recogida de firmas en Change.org que llama a derogar la restricción a la producción de cava extremeño. La iniciativa cuenta ya con cerca de 5.000 firmas y llama al Ministerio de Agricultura ha rectificar su "pretensión proteccionista e incentivar el libre comercio, garantía de prosperidad".