Crisis institucional en Alemania. La canciller en funciones, Angela Merkel, no ha sido capaz de cerrar un acuerdo de gobierno con las dos agrupaciones que tenía previsto integrar en su nuevo gabinete tras las elecciones de septiembre: los liberal-demócratas y los verdes. La líder conservadora ha reconocido que el impasse puede llevar al país teutón a una repetición de elecciones.
Las negociaciones para formar gobierno se han extendido por cuatro semanas. Son los liberal-demócratas del FDP quienes han roto la baraja, tras constatar que sigue habiendo "diferencias irreconciliables" entre su programa y el de los ecologistas. El líder de la formación, Christian Lindner, ordenó a su equipo que abandonase las conversaciones tras constatar que no había forma de llegar a un entendimiento.
¿Cómo se explica el fiasco? De entrada, no hay entendimiento en materia de inmigración, el asunto central en las últimas elecciones. La CSU, partido aliado de Merkel en Bavaria, ha exigido a la aún canciller que instaure un tope a la llegada de refugiados, pero la propuesta no convence a liberal-demócratas o ecologistas.
También hay discrepancias sobre el gasto público y los impuestos. Merkel y Lindner están por acordar una hoja de ruta más liberal, pero a los verdes no les convencen estas propuestas. Igualmente, el discurso ecologista choca con la apuesta energética de conservadores y liberal-demócratas.
Merkel compareció el domingo ante los medios y, visiblemente cansada, apuntó que consultará sus próximos pasos con el presidente de la República, Frank Walter Steinmeier. La lideresa señaló que "es hora de hacer una reflexión profunda sobre el futuro de Alemania"y declaró estar dispuesta a "hacer lo que sea necesario para preservar la estabilidad".
La situación política es muy compleja. Merkel, que lleva doce años en el poder, no quiere oír ni hablar de un acuerdo con Alternativa por Alemania, una joven formación populista que le ha restado muchos votos defendiendo el fin de la política de fronteras abiertas. La canciller tampoco puede contar con el SPD: los socialdemócratas saben que cada vez que pactan con ella acaban perdiendo votos.
Reto para la economía
Según apunta Reuters, "el fracaso de Merkel tiene importantes implicaciones económicas. Alemania es la economía más importante de la UE, de modo que el liderazgo teutón es fundamental para afrontar asuntos como el Brexit". El cable de la agencia de noticias subraya que el presidente galo, Emmanuel Macron, se erige como el nuevo referente político comunitario, al menos mientras la situación política siga igual en el país germano.
En campaña, Merkel prometió ciertas rebajas de impuestos y puso en valor los reducidos números de desempleo que registra Alemania. La izquierda ha criticado su política de austeridad fiscal, que ha conducido al Estado a un histórico superávit presupuestario. La derecha le ha reprochado su falta de compromiso con una rebaja tributaria capaz de compensar el esfuerzo asumido por familias y empresas.
El presidente de la Cámara de Industria y Comercio, Eric Schweitzer, advierte de que "Alemania corre el peligro de enfrentar un período prolongado de incertidumbre. Las empresas deben estar preparadas: pueden venir tiempos difíciles".