José María Aznar llegó al poder en 1996. Un año antes, el peso del gasto público sobre el PIB se situaba en el entorno del 45%. La llegada del Partido Popular a La Moncloa invitaba a pensar que el tamaño del Estado se reduciría en los siguientes años. No en vano, Aznar había anunciado que asumiría un programa de ajustes orientado a reducir el déficit y aumentar el margen de maniobra del sector privado.
Pese al precario cuadro macroeconómico que heredó de Felipe González, el nuevo Ejecutivo logró cuadrar las cuentas. Aznar compaginó medidas de austeridad con programas en los que el aumento del gasto iba por debajo del ritmo de crecimiento de la economía. Así, el gobierno del PP logró que el gasto cayese del 43% al 38,3% del PIB entre los años 1997 y 2003.
Empezó antes la etapa de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Tras las convulsas Elecciones Generales de 2004, el PSOE recuperó La Moncloa y no dudó en aumentar de forma paulatina el peso del Estado. En la primera legislatura, el aumento del gasto bebía de los ingresos fiscales extraordinarios que motivó la burbuja inmobiliaria. Por tanto, el peso total de los presupuestos públicos no se alteró significativamente hasta 2008, cuando rebasó el 41% del PIB.
Pico del 48,1% del PIB
Sin embargo, el verdadero salto adelante llega entre 2009 y 2011, cuando el Ejecutivo socialista se lanza a aprobar distintas medidas de "estímulo" que, en un contexto de recesión para el sector privado, terminaron aumentando el peso del gasto público total hasta el 45,8% del PIB alcanzado en 2011, último año de Zapatero al frente del gobierno.
Aunque el nuevo gobierno de Mariano Rajoy hizo promesas de austeridad desde un primer momento, lo cierto es que su primer año se cerró con un déficit muy abultado, superior al 10% del PIB. Desde el Partido Popular argumentaron que esto se debía a la necesidad de "rescatar" a las cajas de ahorro quebradas y a los proveedores del sector público. El resultado es que el gasto público llegó en 2012 al 48,1% del PIB.
Sin embargo, desde 2013 se ha producido un cambio en la estrategia fiscal del gobierno. Rajoy ha apostado por cuadrar las cuentas a base de aprobar aumentos de gasto por debajo del nivel de crecimiento de la economía. Esto explica que, entre 2013 y 2017, el peso del Estado haya pasado del 45,6% al 41,2% del PIB. De hecho, en 2018 está previsto que el gasto se sitúe en el 40,6% del PIB, según las cuentas enviadas por el Ejecutivo a Bruselas.