Día sí y día también, los distintos integrantes del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid presumen del aumento del "gasto social" que viene desarrollando el consistorio desde que Manuela Carmena llegó a la Alcaldía. Sin embargo, el escrutinio de la oposición ha sacado a la luz las notables deficiencias que se observan en las iniciativas de gasto de Ahora Madrid.
Pero vayamos al comienzo. En 2014, la Administración local de la capital española se anotaba un superávit de 1.300 millones. Se consolidaba entonces lo que Libre Mercado llamó el "éxito silencioso" de Ana Botella, en referencia a la capacidad que demostró la exalcaldesa a la hora de contener el galopante endeudamiento que heredó del anterior regidor, Alberto Ruiz Gallardón.
De modo que, cuando Manuela Carmena llegó al poder, "la mesa estaba servida" y las cuentas de Madrid iban por buen camino. Al fin y al cabo, Gallardón dejó la alcaldía cuando la deuda ascendía al 150% de los ingresos corrientes del municipio, pero Botella redujo esta ratio hasta niveles cercanos al 100%. La "herencia recibida" no servía esta vez como excusa, sino como colchón para actuar de forma irresponsable. Y es que, como apuntó la AIREF, el gobierno madrileño se ha fundido ya el 44% del superávit con el que empezó la legislatura.
Una y otra vez, el delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, ha justificado esta flagrante violación de la Regla de Gasto apelando a la necesidad de asumir grandes programas de gasto social. Sin embargo, el escrutinio que ha hecho Ciudadanos de los datos de ejecución muestra que, en 2016, el 64% de estas inversiones fueron simplemente compra de edificios y suelo. Después de tanto hablar de necesidades sociales, el consistorio ha terminado comportándose como una gran empresa inmobiliaria…
El edil de la formación naranja, Miguel Ángel Redondo, ha sacado a la luz la otra cara de la moneda: las inversiones que se anunciaron, pero no se hicieron. En vías públicas se gastó un 88% menos de lo anunciado. En patrimonio verde, la diferencia negativa entre lo prometido y lo realizado fue del 85%. En infraestructuras urbanas, la caída observada fue del 68%. También hay cifras de no ejecución que llegan al 98% en el caso de las zonas verdes, al 87% en la gestión del tráfico, al 20% en los programas de enseñanza infantil y primaria… En total, 210 millones de euros en inversiones que fueron comunicadas a los madrileños a comienzos de 2016, pero, en última instancia, terminaron cayendo en saco roto.
El caso es que, un año después, el Ayuntamiento de Madrid sigue en una situación muy similar. A 30 de septiembre, con apenas tres meses por delante para el cierre del ejercicio, las cifras de ejecución presupuestaria apenas llegaban al 14,77%, como acreditan los datos del propio consistorio que ha analizado Ciudadanos. Por distritos, hay algunos como Puente de Vallecas en el que apenas se rebasa el umbral del 2%.
De modo que, un año más, el consistorio que dirige Manuela Carmena sigue en las mismas y, a pesar de anunciar grandes planes de inversión motivados por una supuesta "emergencia social", lo cierto es que ni siquiera en este campo hay datos que avalen la gestión de Ahora Madrid, sino todo lo contrario.