El Rey Sol, en su ocaso, aburre. Hasta las azafatas del Hotel Ritz bostezaban este jueves mientras el –todavía, hasta el 31 de diciembre– presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, decía por enésima vez que "el hundimiento del –periódico de– papel" lo predijo hace la pila de años, que "estamos ante un cambio de civilización de verdad", que la posverdad y las fake news son una plaga, etcétera.
Este miércoles, Cebrián anunció en el consejo de administración de Prisa que abandonaba el timón del grupo. En el turno de preguntas, una compañera hizo referencia a la "beligerancia" que hubo en la junta general de la empresa. Respuesta del aludido: "La autora de la pregunta se basa en fake news y posverdades. Yo creo que la junta de ayer fue normal. Una mayoría de accionistas, cerca del 60%, decidió relevar de sus puestos a unos consejeros independientes".
Tras señalar que una gran mayoría de accionistas ha apoyado la próxima ampliación de capital, Cebrián dijo que "hace más de un año propuse un plan de sucesión de la presidencia, para poder llevarla a cabo lo más ordenadamente posible". "El nuevo presidente depende de lo que digan los propietarios de la compañía, que ayer ya, con sus votaciones en la junta, pusieron de relieve la tendencia que ellos van a defender. El presidente saliente puede proponer otro presidente; si los accionistas están de acuerdo, se producirá el relevo a primeros de enero. Y estarán de acuerdo", añadió.
Cebrián negó haber censurado a quienes sonaban como sus sucesores, Javier Monzón y Jaime Carvajal: "Respeto muchísimo a los periodistas, pero algunos, bien porque provocados por sus propias emociones o por las emociones de sus jefes, pueden escribir memeces. Yo ni he votado a nadie ni he votado a nadie. El proceso de sucesión lo abrí yo, y lo abrí porque quiero cambiar mi modo de vida, y porque creo necesario que entre sangre nueva". Además, negó que se vaya a retirar del todo: "No digo de retirarme, porque me gustan las actividades intelectuales y financieras".
"La ignorancia es atrevida"
Al evento acudieron la presidenta del Congreso, Ana Pastor; el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado; la diputada de Cs Marta Rivera de la Cruz, y la portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís. El exjuez Baltasar Garzón, maestro de ceremonias, presentó a Cebrián como un héroe de la Transición y del periodismo patrio, y recordó el "cruce telefónico" que tuvo con él el 11-M "para decirle, a requerimiento suyo, que ETA no era el responsable, sino el terrorismo". El presidente de Prisa se la devolvió diciendo que "encarna una de las injusticias más graves de nuestra democracia" y alabó su papel en la lucha contra el terrorismo.
Sobre Cataluña, el magnate dijo que "en este mundo de confusión que vivimos, se nos olvida que los Estados nacionales tienen dos obligaciones: mantener su integridad territorial y su orden público. Cualquiera que no lo haga, es un Estado fallido. Como español, me sentiría muy triste de que un Estado que tiene 500 años de existencia fuera un Estado fallido". "Para cambiar esto en la actual situación, sólo hay una manera: o se reforma desde dentro del sistema, o se reforma revolucionariamente. Y para que una revolución triunfe, tiene que tener más fuerza que aquello que quiere transformar por la fuerza", agregó.
Cómo no, hubo palos contra el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y contra el líder podemita, Pablo Iglesias. Sobre el primero, dijo que "la socialdemocracia en general y el PSOE en particular padecen una crisis de identidad profunda que les puede llevar a la desaparición", aunque, tras los acontecimientos en Cataluña, "creo que ha rectificado un poco". Sobre el segundo, y a propósito de su clasificación de naciones, fue más breve: "La ignorancia es atrevida".