El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Juan Molas, cifró este martes en un 7,5% la caída de la ocupación en los establecimientos de la ciudad de Barcelona durante el pasado mes de octubre, lo que se tradujo en un retroceso de entre un 13% y un 14% de la facturación hotelera.
Durante la presentación en Madrid del Observatorio de la Industria Hotelera Española para la temporada de invierno 2017-2018, elaborado por PwC para la patronal hotelera, Molas aseguró que esta caída debe ponerse en el contexto de 2016 fue un año "muy positivo" y que en la segunda quincena de octubre del pasado año hubo "muchos congresos en Barcelona".
Molas explicó que este retroceso se refiere únicamente a la ciudad de Barcelona, ya que en el resto apenas ha tenido incidencia al finalizar la temporada de 'sol y playa' y no haber comenzado aún la temporada de esquí. Esta caída de reservas y de facturación en la ciudad Barcelona se ha registrado sobre todo en los hoteles de las categorías más altas que tienen un clientela predominantemente norteamericana y asiática, según explicó.
No obstante, advirtió que en noviembre se registrará una nueva bajada de reservas por la menor demanda y que hasta Navidad o finales de año no se producirá una nueva recuperación. Molas pidió que no se hable solo de la incidencia de la crisis catalana en Barcelona, porque la suma de las plazas de la Costa Brava, Costa Dorada, Pirineos y Maresme "supera a las de Barcelona", aunque reiteró que no ha estimaciones más allá.
Barcelona, una "gran marca turística"
Pese a ello, el presidente de la patronal ha recordado que Barcelona es una "gran marca turística", una marca "muy potente" que juega en la champions league en el mapa turístico europeo internacional con una "gran capacidad de aguante". En este punto, recordó que los atentados turísticos del pasado mes de agosto apenas tuvieron reflejo en las reservas y que el tráfico aéreo del aeropuerto de Barcelona-El Prat, que el pasado mes de octubre creció un 3,7%.
"La ciudad de Barcelona tiene una gran capacidad de atracción hacia un tipo de clientela europea que está acostumbrada a que haya acontecimientos extraordinarios en sus países que no desvirtúen un destino", aclaró. Molas se preguntó no obstante quién pagará la disminución de rentabilidades, de producción y ocupaciones "que se va a notar en mayor o menor medida".
Finalmente, consideró que si los acontecimientos políticos se van desarrollando como en los últimos días, "pasarán los meses y se verá como un punto y aparte para la Historia", cerrando un futuro año 2018 "absolutamente normalizado".