El boicot a los productos catalanes amenaza a Nestlé. La firma suiza de alimentos y bebidas con sede en Esplugues de Llobregat (Barcelona) ha activado un comité de crisis para abordar el castigo a sus productos por parte de los clientes de fuera de Cataluña, según Crónica Global.
La dueña de marcas como Nesquick, Dolce Gusto o Nescafé ha puesto al frente de este gabinete a su director general en España, Laurent Dereux, junto a su director financiero, Jorge Olalde, y su director jurídico, Luis Rodríguez.
Los directivos estarían evaluando un posible cambio de sede, siguiendo la estela de unas 2.000 empresas que también estaban afincadas en la región antes del 2 de octubre.
El boicot a los productos catalanes ya es una realidad. Según un informe sobre el impacto del desafío independentista en la reputación de las empresas catalanas, elaborado por Reputation Institute, el 23% de los españoles afirma que ha dejado de comprar productos que provengan de Cataluña.
En Nestlé son conscientes del problema, tanto que hace unos días UGT reconocía en un comunicado su "inquietud" por el temor a perder sus puestos de trabajo ante los llamamientos de consumidores a dejar de comprar sus productos por tener el domicilio social en Barcelona. En el texto recordaban que "miles de puestos de trabajo" en toda España dependen de la buena marcha de la multinacional suiza.
Recordaban también que los productos Nestlé se fabrican en toda España, con lo que los centros de producción, así como las familias que trabajan en la multinacional y los proveedores están repartidos por todo el país.