El 47% de los catalanes afirma tener una peor percepción de las empresas que han decidido mudar su sede social o fiscal de la región desde la celebración del referéndum de independencia en Cataluña el pasado 1 de octubre, frente a un 77% de españoles (sin contar a los catalanes) que respalda esa decisión empresarial. Además, un 23% de españoles afirma haber dejado de comprar productos catalanes, a lo que se sumaría otro 21% si Cataluña se independiza, lo que supondría un impacto total de 20.000 millones de euros.
Así se desprende del informe sobre el impacto del desafío independentista en la reputación de las empresas catalanas, elaborado por Reputation Institute a partir de 1.150 entrevistas en toda España entre el 24 y el 30 de octubre, periodo en el que casi 2.000 empresas habían trasladado su sede social desde Cataluña a otras regiones de España.
El director general de Reputation Institute, Enrique Johnson, ha explicado que los riesgos reputacionales impactan en el resultado económico y que el impacto es mayor en el caso de las empresas con mayor vinculación con Cataluña, si bien se constata que las empresas que han cambiado de sede social se han visto beneficiadas en el conjunto de España, salvo en Cataluña, donde tienen un impacto negativo. En concreto, el informe muestra que el 77,5% de los españoles (sin Cataluña) se muestra totalmente de acuerdo con el cambio de sede social o fiscal de las empresas catalanas, frente a un 11,6% que es neutral y un 10,9% que está muy en desacuerdo con la decisión.
Intención de compra
En Cataluña, el 47% de los ciudadanos afirma estar muy en desacuerdo con el cambio de sede social o fiscal, frente a un 38,3% que sí lo aprueba, perdiendo estas compañías hasta 8,4 puntos en su reputación para el conjunto catalán. De hecho, las empresas que se han movido ven disminuida un 9,6% la confianza entre los catalanes y un 9% la intención de compra en la región. Por su parte, la reputación de las empresas que han optado por no cambiar su sede se mantiene estable para los catalanes.
Hasta ahora, un total de 2.216 compañías han decidido trasladar sus domicilios sociales, según datos del Colegio de Registradores Mercantiles de España. En el estudio se analizan 41 compañías catalanas o con gran vinculación con la región, entre las que figuran Abertis, Caixabank, Danone, Freixenet, Gas Natural Fenosa, Bimbo, Seat o Volkswagen, entre otras.
Johnson ha explicado que hay una fuerte correlación entre la reputación y el comportamiento de los consumidores, ya que empeorar en cinco puntos la reputación disminuye la intención de compra. Así, las empresas que han movido su sede fuera de Cataluña han aumentado un 3,2% su atractivo como inversión en el resto de España, mientras que las empresas que han mantenido su sede en Cataluña han disminuido un 3,4% la confianza y un 3,2% la intención de compra en el resto de España.
La reputación de estas compañías que han permanecido en Cataluña se ha visto dañada a nivel nacional, salvo en Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana, según ha apuntado el director de Consultoría de Reputation Institute, Yeray Carretero. Los millennials son los más críticos con las empresas catalanas, habiendo caído su reputación 4,2% puntos entre enero y octubre, según el estudio.
El 23% no compra productos catalanes
Asimismo, el informe refleja que el 23% de los españoles (sin Cataluña) declara haber dejado de comprar productos catalanes y otro 21% se plantea hacerlo. En caso de independencia definitiva, el 49,5% de los españoles (sin Cataluña) dejaría de comprar productos catalanes, frente a un 35,5% que estaría muy en desacuerdo con el boicot y un 15,4% que se mostraría neutral. Ese 49% tendría un valor aproximado de 20.000 millones de euros.
Además, el 25% de los españoles (sin Cataluña) no compraría productos catalanes ni aún siendo de mejor calidad que otros y el 65% considera que las empresas con sede en Cataluña deberían mover su domicilio a otra región en caso de independencia definitiva, frente a un 17,2% que estaría en contra.
A su vez, el 19% de entrevistados en Cataluña cree que las empresas que se han mudado a otra región no deberían volver en caso de no producirse la independencia, frente a un 47,2% que sí se decantaría porque volviesen. En el caso del resto de españoles hay una mayor división, ya que el 35,4% opina que las empresas que se han marchado a otra región deberían volver, un 31,2% cree que no deberían regresar y un 33,4% se muestra neutral al respecto.
Estrategia y criterios de negocio
Jonhson ha señalado que "no hacer nada no es una estrategia empresarial" y que esa postura no ayudará "absolutamente en nada" a las compañías, por lo que recomienda tomar decisiones basadas en criterios de negocio, manteniéndose "al margen" de corrientes y movimientos políticos. En esta línea, ha subrayado que una política "abierta y transparente" de comunicación de las compañías beneficia a nivel general y ha recalcado que la situación actual debe ser tratada como un "riesgo reputacional" en el corto, medio y largo plazo, lo que necesita de un plan de mitigación.