La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial, algo que nos preocupa a todos. Para garantizar el agua para el presente y para el futuro, gobiernos, instituciones, la sociedad y las empresas tienen que poner de su parte. Por eso uno de los pilares fundamentales de la estrategia ambiental de Coca-Cola es mejorar y proteger el agua.
Desde hace diez años, Coca-Cola se fijó un ambicioso proyecto con el horizonte de 2020: devolver a la naturaleza el agua contenida en sus envases. En el año 2004, la compañía utilizaba 2,18 litros de agua por cada litro de refresco que fabricaba, incluida el agua del propio refresco. A día de hoy, emplea 1,8 litros, mejorando la eficiencia del uso del agua en un 26% desde ese año y un 16% desde 2010. El objetivo es alcanzar el 25% en 2020 con respecto a ese dato de 2010.
Gracias a esto, Coca-Cola consiguió devolver a la naturaleza 3.05 millones de litros, casi el doble que en 2015, lo que supone reponer el 95% del agua que contienen sus bebidas comercializadas en España y Portugal. El compromiso de la compañía con el entorno en el que opera está en su ADN, lo que le llevó a desarrollar un sistema de gestión ambiental propio, mucho más ambicioso y "con más exigencias que las marcadas por la ley", señala Susana Pliego, Environment & Safety Manager en Coca-Cola Iberia.
"Es el ingrediente principal de nuestras bebidas, pero, además, es un recurso natural escaso en España. Por todo ello, tenemos una gran responsabilidad, que trasladamos a través de planes como la devolución a la naturaleza del agua equivalente a la contenida en las bebidas". La mejora de los procesos y la reutilización del agua son las dos principales vías que utiliza Coca-Cola Iberia para reducir el consumo de agua en la producción de bebidas.
El agua es uno de los ingredientes más importantes para la empresa y su recurso más preciado. Por ello, se monitoriza cada una de las fases del tratamiento de las aguas, adecuándolas a los requisitos de la Organización Mundial de la Salud, legislaciones locales y nacionales y a los estándares establecidos por The Coca-Cola Company.
Para lograr estos objetivos, Coca-Cola ha optimizado el proceso de lavado de sus envases rellenables de vidrio en los que presentan sus productos en bares y restaurantes, que es el que más agua consume en la fabricación de las bebidas. La optimización de este proceso ha estado siempre en el punto de mira de la compañía para conseguir ahorra mucha más agua. "Se trata de lavadoras enormes, muy costosas y diseñadas hace años, así que hemos hecho algunos ajustes, como por ejemplo los inyectores, y hemos logrado rebajar el consumo de agua de manera significativa", afirma Pliego.