Por historia y cultura Turquía ha estado unida al oro desde casi los inicios del metal precioso entre la humanidad. De hecho, la primera moneda de oro surge en Lidia, Asia Menor, actual territorio turco, hace 2.800 años. En la actualidad, el oro sigue jugando un gran papel entre la sociedad de este país de más de 70 millones de habitantes, cuya renta per cápita es de 11.040 dólares, situado a caballo entre Europa y Asia. Su alto nivel de consumo del metal dorado ha aupado al antiguo Imperio Otomano a ocupar el tercer lugar en el ranking mundial, tras China y la India.
Con un promedio de 181 toneladas por año en la última década, Turquía es el tercer consumidor mundial de oro y representa alrededor del 6% de la demanda mundial de consumidores.
Si bien, el Consejo Mundial del Oro señala que ocupa el puesto 13 del mundo por sus reservas nacionales estimadas por el Fondo Monetario Internacional en 489 toneladas, lo que supone un 18,4% del total de sus reservas en divisas. A esta cifra hay que sumar que los hogares turcos acumulan al menos 4.000 toneladas de oro "debajo el colchón", según estimaciones no oficiales.
Por su parte, los bancos comerciales cuentan con algo más de 270 toneladas, provenientes en su mayoría de inversores, ahorradores e impositores que, en su momento, cambiaron las liras turcas y divisas internacionales, sobre todo dólares, por oro físico.
Desde que el presidente Erdogan animara a la población turca a comprar oro, dejando apartadas las inversiones en divisas norteamericanas, en dólares, el ratio de importaciones ha aumentado hasta 17 veces su cantidad durante el primer trimestre de 2017, pasando a algo más de 28 toneladas solo en los tres primeros meses del año.
Turquía tiene una industria minera de oro en expansión con un potencial significativo sin explotar. La producción de oro ha aumentado casi todos los años desde 2001, pasando de 2 toneladas a más de 40 toneladas en la actualidad.
Respecto a las importaciones, en los últimos cuatro años se han realizado aproximadamente unas 630 toneladas, de las cuales 256 toneladas provienen de Emiratos Árabes Unidos, el resto mayoritariamente de Estados Unidos.
El impulso del Gobierno de Erdogan hacia el consumo de oro es continúo, máxime ahora cuando se ponga en marcha el plan de nuevos instrumentos financieros basados en el metal precioso: bonos soberanos y un instrumento para el préstamo de joyas de oro y oro, con el objetivo de animar a la población a sacar sus reservas privadas del oro e introducirlas en el mercado regulado financiero. Algo parecido a lo que está intentando llevar a cabo el primer ministro Narandra Modi en la India.
Generaciones de ahorradores turcos han buscado en el oro una cobertura efectiva contra los estragos de la inflación y la debilidad de la moneda nacional, la lira turca.
De ahí que, en 1995, se estableciera la Bolsa de Oro de Estambul y en 2002 fuera creada la gran refinería de oro de Estambul, Istambul Gold Refinery.
Además, Turkish State Mint o Darphane ve Damga Matbaası Genel Müdürlüğü (Casa de la Moneda de Estambul), es uno de los productores más grandes del mundo de monedas de oro. La producción de monedas de 22 quilates es una de sus especialidades.
Desde 1943, Turquía emitió bullion de oro, además de las monedas de oro tradicionales. El 29 de octubre de 1923, Turquía se convirtió en una república. Todas las monedas bullion son fechadas en 1923, más el año de la república.
El anverso de la moneda de oro Kurush 50, cuya imagen reproducimos, presenta la cabeza de Atatürk mirando hacia la izquierda. Mustafa Kemal Atatürk fue el primer presidente de Turquía desde 1923 hasta su muerte en 1938. El reverso de la moneda presenta una corona con la leyenda y la fecha en el medio.