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Grifols, la última empresa cotizada de Cataluña

Grifols es la última cotizada que mantiene su sede social en Cataluña tras la salida de Banco Sabadell, CaixaBank, Abertis, Colonial, Cellnex...

Grifols es la última cotizada que mantiene su sede social en Cataluña tras la salida de Banco Sabadell, CaixaBank, Abertis, Colonial, Cellnex...

La presencia de empresas catalanas en el Ibex 35 ha quedado reducida a la mínima expresión, con la única representación de Grifols, después de que Abertis, Colonial y Cellnex hayan decidido trasladar su sede social a Madrid por la situación política en Cataluña.

Sólo este lunes, más de una decena de empresas de sectores tan diversos como el financiero, el asegurador o el alimentario han comunicado que se llevan la sede social fuera de Cataluña por la inseguridad jurídica generada por el proceso soberanista y la posibilidad de que el Parlamento catalán haga este martes una declaración de independencia.

El Ibex 35, el principal índice selectivo español, contaba hasta hace sólo unos días con siete empresas con sede social en Cataluña. Tres de ellas, CaixaBank, Gas Natural Fenosa y Banco Sabadell, anunciaron la semana pasada que reubicaban su sede social en otras ciudades españolas, mientras que Abertis, Colonial y Cellnex lo han decidido este lunes.

Las aseguradoras SegurCaixa y MGS Seguros, la empresa papelera Torraspapel, el grupo de transporte MRW, la cervecera San Miguel o la firma de productos odontológicos DVD Dental también se han sumado a la larga lista de compañías con sede social en Cataluña -una treintena- que en la última semana han anunciado que la mueven a otras ciudades españolas. Asimismo, la sociedad de valores GVC Gaesco, propiedad de la familia Vallbé, vinculada a Òmnium Cultural, también ha decidido trasladar su sede social a sus oficinas de la capital española.

Otras han condicionado este paso a que se produzca una declaración de independencia. Es el caso de Idilia Foods, la empresa propietaria de marcas como Cola Cao y Nocilla, que ha avisado que trasladará su sede social fuera de Cataluña "con el fin de mantener la seguridad jurídica necesaria para poder seguir trabajando con normalidad", y lo mismo sucede con el grupo editorial Planeta.

Así pues, la multinacional de hemoderivados Grifols es, por ahora, la única empresa del Ibex 35 que mantiene su domicilio social en Cataluña, aunque no descarta trasladarlo si el escenario político acaba afectando a su negocio o a su situación financiera. Fuentes de Grifols han asegurado a Efe que "actualmente no hay ninguna previsión para cambiar de ubicación ninguna de las sedes corporativas. Sin embargo, en el hipotético supuesto de que la actual situación derivase en un nuevo escenario que pudiese afectar el curso normal de los negocios o de la situación financiera de la compañía, el consejo acordaría las medidas necesarias", han asegurado estas fuentes.

Grifols es una compañía que cotiza en el Ibex y también en el Nasdaq estadounidense, y está fuertemente internacionalizada, ya que España apenas supone el 5% de la facturación global de la multinacional. Hace dos años, Grifols dio a conocer que gestionaría desde Irlanda su tesorería a nivel global y áreas clave de su división Bioscience (biociencia), que es la relacionada con los medicamentos derivados del plasma y la que aporta en torno al 75 % de la facturación total del grupo.

Entonces Grifols explicó que la política comercial, la de I+D y la cadena de suministro de esta división –la más importante de las tres que tiene Grifols, la tercera compañía del mundo en producción de medicamentos biológicos derivados del plasma– dependerían de Irlanda. A raíz de la polémica creada por su presencia en Irlanda, la compañía quiso dejar claro que tanto la sede social como sus servicios centrales permanecían en Cataluña.

Así pues, Grifols busca seguir perteneciendo a la UE y a la zona euro, así como estar bajo el paraguas de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que precisamente está buscando sede en Europa por el Brexit, sede a la que aspira Barcelona.

Ya no quedan bancos

Por otro lado, Cataluña ha pasado en solo una década de tener un total de diez cajas de ahorros a ser una comunidad que no tiene la sede social de ningún banco, aunque tanto CaixaBank como el Sabadell mantendrán sus servicios centrales en Cataluña. La reordenación del mapa bancario como consecuencia de la crisis, principalmente, y la hipótesis de que el Parlamento de Cataluña pueda hacer una declaración de independencia de manera inminente han sido los catalizadores de esta situación.

En 2007 Cataluña contaba con la Caixa d'Estalvis i Pensions de Barcelona (La Caixa), Caixa Catalunya, Caixa Penedès, Caixa Terrassa, Caixa Sabadell, Caixa Girona, Caixa Tarragona, Caixa Manresa, Caixa Laietana y Caixa Manlleu.

En mayo de 2010, y tras una crisis marcada por el estallido de la burbuja inmobiliaria, Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa decidieron dar luz verde a su fusión para acabar creando Catalunya Caixa, marca comercial de Catalunya Banc. También ese año, pero en marzo, los consejos de administración de las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu aprobaron fusionarse para dar lugar a Unnim.

En cuanto a Caixa Laietana, optó por integrarse en junio de 2010 en una 'fusión fría' -un Sistema institucional de Protección (SIP)- con Caja Madrid y Bancaja, un conglomerado del que acabó saliendo Bankia. También en junio de 2010, Caixa Penedès decidió integrarse en el SIP creado entre Caja Murcia, Caja Granada y Sa Nostra, del que saldría Banco Mare Nostrum (BMN), mientras que La Caixa acabaría quedándose con Caixa Girona en noviembre de ese año.

Salvo La Caixa, que convirtió su negocio bancario en CaixaBank, las agrupaciones de cajas no superaron la crisis y necesitaron ser absorbidas posteriormente por otros actores bancarios. Así, Catalunya Caixa acabó en manos del BBVA en julio de 2014, al igual que Unnim, que también pasó a depender del BBVA en marzo de 2012. Por su parte, Laietana fue una de las entidades que formaron parte de Bankia, que salió a bolsa en 2011, que luego sería rescatada, al igual que Catalunya Caixa.

Asimismo, a mediados de septiembre de ese año las juntas de Bankia y BMN aprobaron su fusión, y el Sabadell se quedó a finales de 2012 con el negocio de BMN en Cataluña y Aragón, muy vinculado con Caixa Penedès.

Tras la desaparición del modelo de cajas catalán, la incertidumbre creada por la crisis política abierta en Cataluña por el proyecto independentista impulsado por el PDeCAT, ERC y la CUP ha hecho que el Banco Sabadell decidiera esta semana trasladar su sede a Alicante y CaixaBank optara por llevar la suya a Valencia. Aunque se trata solo de una modificación del domicilio social y ambas entidades mantienen en Cataluña sus servicios centrales y su operativa, se trata de una decisión sin precedentes y con un fuerte impacto simbólico, además de tributario.

También Banco Mediolanum y la cooperativa Arquia Banca han anunciado que se llevan la sede social fuera de Cataluña, la primera a Valencia, y la segunda, que estaba tramitando la ficha bancaria, a Madrid.

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