El director de la inmobiliaria menorquina Ses Moreres, José Carrasco, no da "abasto" para atender a las preguntas de tantos medios de comunicación. Y es que una de las propiedades de las que se encarga de vender su compañía ha generado un gran interés. Se trata de la isla de Colom, situada a 200 metros de la costa norte de Menorca.
Colom es propiedad de la familia Roca, formada por 15 miembros, y lleva más de una década a la venta. Hace poco más de un año que Ses Moreres empezó a ocuparse de buscar un nuevo dueño, pero ante la falta de candidatos, en este periodo ha tenido que rebajar su precio de los 5,2 millones de euros hasta los 3,7 millones.
La isla tiene una superficie de 58 hectáreas, lo que convierte a Colom en el mayor islote de Menorca. Tiene dos preciosas playas de arena blanca en sus costas y un pinar en su interior.
Dentro de su territorio se encuentran dos casas: una vivienda principal y una cabaña de madera. La vivienda, del siglo XVIII, tiene dos plantas con 6 estancias que suman 100 m² construidos. La cabaña de madera tiene una superficie de 135 m² con dos habitaciones, cocina, salón y baño. También cuenta con una caseta de 20 m² para embarcaciones en la playa y con los restos de una antigua casa de mineros, los de un establo con una era, además de otras construcciones menores.
No es posible edificar
A pesar de que comprarse su propia isla sea el sueño de tantas grandes fortunas en el mundo, sorprende que Colom no haya logrado conquistar todavía a ninguna. El motivo es que la isla está considerada espacio natural protegido y las posibilidades de cualquier tipo de edificación son nulas.
Colom pertenece al término municipal de Mahón y forma parte del Parque Natural de s'Albufera des Grau. "Es Parque natural y no puedes aumentar el volumen edificado", asegura José Carrasco a Libre Mercado. El director de la inmobiliaria Ses Moreres reconoce que ha tenido que estudiarse "a fondo" la legislación para explicarle a los candidatos lo que pueden o no pueden hacer en la propiedad. "No se puede construir ningún tipo de vivienda, solo restaurar las ya existentes, siempre manteniendo el estilo arquitectónico. Tampoco se pueden destinar las viviendas a uso hotelero ni, por ejemplo, construir una piscina", explica.
Carrasco cuenta que desde que gestionan la venta de la isla han recibido un "aluvión" de llamadas de interesados por adquirirla. "Visitas serias" al lugar han organizado "unas 10". Recuerda que "la legislación española contempla que las playas son lugares públicos, por lo que el acceso a ellas no se le puede restringir a nadie, pero sí al interior de la isla".
Aunque no quiere desvelar su identidad, asegura que la mayoría de los candidatos que han acudido a ver la isla son empresas y empresarios de renombre. "Tuvimos una cadena hotelera que quería usar la isla para realizar excursiones con sus clientes o una petrolera que se planteó adquirirla como icono publicitario", cuenta. "Creo que en el marketing está el juego, aunque todavía los inversores no han encontrado qué enfoque darle", añade.
A pesar de los problemas, Carrasco confía en que "no vamos a tardar en venderla" porque "es un tesoro, un lugar idílico para todo el que vaya, y más a ese precio". A Colom le llega el wifi a distancia y la electricidad funciona a través de un generador.