FCC ha nombrado nuevo consejero delegado a Pablo Colio Abril, quien sustituirá a Carlos Jarque en el cargo que el mexicano ha ocupado los últimos dos años y del que ahora dimite alegando motivos personales y con el fin de regresar a su país, según informó la compañía de construcción y servicios.
El grupo controlado por Carlos Slim apuesta así por vez primera por un profesional de la casa para el puesto de primer ejecutivo de la compañía o una de sus filiales, dado que hasta ahora había designado a profesionales procedentes de su conglomerado empresarial Carso. Desde su puesto de consejero delegado, Pablo Colio, de 49 años de edad, deberá gestionar la nueva etapa de crecimiento que emprende FCC, toda vez que el grupo ha prácticamente culminado el saneamiento que emprendió en 2013.
Colio accede al puesto de consejero delegado desde el cargo de director del área de Construcción que ejerce desde enero de este año y que, a partir de ahora, compatibilizará con sus nuevas funciones. Arquitecto técnico de profesión, forma parte del grupo FCC desde hace 23 años, con lo que ha desarrollado en la compañía prácticamente toda su carrera profesional.
De su lado, Carlos Jarque, de 62 años de edad, abandona el puesto que, según asegura, desde el inicio consideró que sería "necesariamente temporal"y una vez que estima cumplidos los objetivos que se le asignaron cuando fue nombrado hace dos años, en agosto de 2015. Jarque atribuyó su renuncia a "motivos personales", a su deseo de regresar a México para estar con su familia, donde se reincorporará a América Móvil, otra de las compañías de la corporación empresarial del magnate mexicano.
El ya exconsejero delegado asegura que "aunque aún quedan retos pendientes", FCC está "ya en un nuevo y positivo ciclo". De esta forma se refiere al cierre de la 'macrorrefinanciación' de deuda que el grupo completó en la primera mitad de este año y a la reciente vuelta de la compañía a los beneficios. Carlos Jarque seguirá vinculado al grupo, dado que seguirá en su consejo de administración, en calidad de consejero dominical, si bien abandona su puesto en la Comisión Ejecutiva de la compañía, que además presidía.
De su lado, el nuevo primer ejecutivo también se sentará en el consejo de administración de FCC. En concreto, ocupará el sillón que le cede el director general de Administración y Finanzas del grupo, Miguel Martínez Parra, que sale así del máximo órgano de gestión de la compañía.
Se mantiene el equilibrio del Consejo
Este relevo de sillones del consejo se realiza para no alterar el reparto de puestos pactado entre Carlos Slim y Esther Koplowitz, segunda accionista de FCC, en el marco del acuerdo que alcanzaron a comienzos de 2016, por el que el mexicano logró vía libre para tomar el control de la constructora ante la necesidad de la empresa de abordar una nueva ampliación de capital.
En virtud de dicho acuerdo, Slim pasó a contar con ocho puestos del consejo, frente a los cuatro que tenía hasta entonces. Esther Koplowitz mantiene desde entonces cuatro sillones, que ocupan ella misma y sus tres hijas, una de ellas, Esther Alcocer Koplowtiz, como presidenta no ejecutiva. El relevo del consejero delegado afectará también a la Comisión Ejecutiva, que en este caso sí amplía a seis el número de miembros que la componen, con el fin de dar entrada a Colio y a Juan Rodríguez Torres, presidente de Realia.
Nuevos retos
Pablo Colio aseguró asumir con "ilusión y entusiasmo" el puesto. Tras agradecer la confianza, aseguró a través de un comunicado que "sueña con un gran futuro para FCC". Colio asume el puesto de primer ejecutivo coincidiendo con la nueva etapa de crecimiento, rentabilidad y consolidación de los beneficios que FCC aborda tras el saneamiento y los ajustes que ha acometido desde 2013. La recuperación del pago de dividendo, suspendido desde ese año, figura aún como principal reto de la compañía.
El pasado mes de junio, con ocasión de la junta de accionistas, el consejero delegado saliente indicó que FCC está "cerca" de cumplir las condiciones impuestas por sus bancos para recuperar el pago a los accionistas, que sería el primero que cobraría su actual accionista de control, Carlos Slim, desde que entró en el capital de la empresa en 2014.
La única condición que le queda por cumplir a la compañía de construcción y servicios para remunerar a los socios es la referente al ratio entre su deuda y su beneficio bruto de explotación (Ebitda). FCC debe tener una deuda inferior a cuatro veces su Ebitda, un ratio que a cierre de 2016 se situaba en 4,4 veces.
La vuelta al dividendo y consolidar los beneficios logrados en la primera mitad del año tras cinco ejercicios consecutivos en 'números rojos' constituyen los dos elementos que le restan a FCC para cerrar definitivamente el saneamiento y reestructuración que emprendió en 2013 y que en 2015 dio a Carlos Slim el control del grupo entonces en manos de Esther Koplowtiz.
Entre los retos operativos, FCC apuesta por una "internacionalización inteligente". "No nos dispersaremos, estaremos sólo en geografías que conocemos", aseguró en la última junta Jarque, que abogó por mantener en Latinoamérica la alianza con el grupo de Carlos Slim, con la que el pasado año lograron el 'macroproyecto' del nuevo aeropuerto de México. Asimismo, la empresa aboga por competir por proyectos rentables y emblemáticos, apostar por la digitalización y ahondar en la generación de sinergias, "trabajando todas las divisiones como una sola empresa".