10 de Octubre de 1973. El corresponsal de ABC en Chile, Luis Calvo, se reúne con Eduardo Frei, presidente del país latinoamericano entre los años 1964 y 1970. Hace apenas un mes, su sucesor en el cargo Salvador Allende se ha suicidado en el Palacio de la Moneda, consumando el fin de un gobierno marxista que fue desalojado del poder a raíz del golpe militar que comandó el general Augusto Pinochet el 11 de septiembre.
Desde su independencia, Chile había sido una de las democracias más estables de América. Ese desarrollo tranquilo se vio truncado en los años 70, cuando la llegada al poder de Salvador Allende sumió al país en una crisis política y económica sin precedentes. En palabras de Eduardo Frei, cabeza visible del centro-izquierda chileno, "la gente en Europa no sabe lo que ha pasado, no imaginan que este país está destruido".
Según explicó el exmandatario, "la producción se hundió. Bajo mi gobierno, el país producía entre 13 y 14 millones de quintales de trigo, pero con Allende esa cifra era de 8 millones, y bajando. Con el aceite, la producción se hundió a la mitad. Lo mismo pasó con el azúcar, las patatas… También la minería se desplomó. La producción de hierro, por ejemplo, bajó de 14 a 8 millones de toneladas".
Frei hizo a ABC un relato durísimo del Chile que dejó Allende: "En el momento en que intervienen las Fuerzas Armadas, en Chile no teníamos nada que comer. No había repuestos para la maquinaria. Imperaba la violencia. Se aspiraba a destruir el país y a montar con los restos un programa leninista, que previamente aniquilara al enemigo político y a las Fuerzas Armadas. La gente de Europa no se imagina lo que era esto. Viven ofuscados por la gran mentira del experimento de la "democracia hacia el comunismo". Eso no es posible, es una contradicción de términos absoluta. Es alarmante que en Europa no se enteren. Este país está destruido. Necesitamos que se fijen en él y que prevalezca la verdad. ¡Chile está destruido!".
El esquema marxista que desplegó Allende descansaba en un amplio programa de nacionalizaciones que tuvo nefastos efectos para la economía. Frei explicó a ABC que, con el presidente de la Unidad Popular, "todo estaba estatizado. Todo. Los bancos, las industrias, las minas, la agricultura… Pensaban también estatizar los quioscos de prensa, para impedir que circularan los diarios no marxistas…".
La inflación tuvo mucho que ver con el colapso del gobierno de Allende. Así lo explicaba Frei en las páginas del diario español:
Se nota en Chile una subida escandalosa de precios. Era inevitable. La economía caminaba al desastre y no sabemos hasta dónde se podía haber llegado. Hablemos de los precios. Nosotros dejamos el cambio dólar-escudo en 1/20, pero con Allende hemos llegado a 1/2.500. La inflación oficial que dan ellos es del 300%, pero el aumento real de los precios es mayor, del 600%. ¿Ha ocurrido algo semejante en algún país del mundo? En 1970, cuando Allende llega al poder, un par de zapatos cuesta 150 escudos. En 1973, ese mismo par de zapatos salía a 3.000 escudos. Lo mismo ocurría con los bienes básicos. Un pollo costaba 80 escudos en 1970 y 1.500 escudos en 1973. Peor aún, era difícil encontrar los productos, por el desabastecimiento.
¿Y qué hay de la "reforma agraria" que Allende había prometido a los campesinos? Según el testimonio del exmandatario, "no hubo reforma agraria alguna. Hubo nacionalizaciones. Las guerrillas armadas iban al campo y se apoderaban, en nombre del Estado, del terreno que querían. Se lo arrebataban, por la violencia, a los propietarios. Y lo dejaban sin cultivar. La Unidad Popular de Allende atropelló al campesinado, se apoderó por la fuerza de la pequeña y mediana propiedad. Su objetivo era formar haciendas estatales colectivizadas. Pero la resistencia del campesinado inerme fue tal que se negó en masa a votar en las elecciones legislativas".
"Vino a instaurar el comunismo por medios violentos"
Resulta especialmente duro el testimonio de Eduardo Frei. Al fin y al cabo, hablamos de un dirigente de centro-izquierda que, desde la jefatura de su partido, intentó llegar a acuerdos con Salvador Allende, para frenar la deriva marxista que estaba siguiendo Chile. No obstante, Frei acabó pronunciándose a favor del golpe de las Fuerzas Armadas, afirmando incluso que los militares "han salvado a Chile". Estas fueron sus declaraciones al diario ABC:
El marxismo, con conocimiento y aprobación de Salvador Allende, había introducido en Chile innumerables arsenales, que se guardaban en viviendas, oficinas, fábricas, almacenes… El mundo no sabe que el marxismo chileno disponía de un armamento superior en número y calidad al del Ejército, un armamento para más de 30.000 hombres. Los militares han salvado a Chile y a todos nosotros. La guerra civil estaba perfectamente preparada por los marxistas. Y esto último es lo que el mundo desconoce o no quiere conocer.
Allende vino a instaurar el comunismo por medios violentos, no democráticos, y cuando la democracia, engañada, percibió la magnitud de la trampa, ya era tarde. Ya estaban armadas las masas de guerrilleros y bien preparado el exterminio de los jefes del Ejército. Allende era un político hábil y celaba la trampa, pero no se puede engañar todo el tiempo a todo el mundo. Las armas requisadas han demostrado que la guerra civil estaba siendo preparada desde la presidencia de la República. Arrogantemente encarado con todos los poderes constitucionales, el presidente Allende tuvo que reconocer su "inconstitucionalidad" propia. El país recibía armas rusas para su "ejército paralelo"… ¿Cuándo tuvo Chile armas rusas?.
Es necesario subrayar que ha habido movimientos estudiantiles participando en el estruendoso movimiento de subversión de la sociedad chilena contra el gobierno marxista. Los militares fueron llamados y cumplieron una obligación legal, porque el poder Ejecutivo y el Judicial, el Congreso y la Corte Suprema, habían denunciado públicamente que la presidencia y su régimen quebrantaban la Constitución, los acuerdos votados en el Parlamento y las sentencias dictadas por jueces absolutamente extraños a la política.
Cuando un gobierno se niega a cumplir las leyes sociales, desatiende las advertencias del Colegio de Abogados, insulta y desobedece al Tribunal Supremo, menosprecia la inmensa mayoría del Congreso, provoca el caos económico, detiene y mata a los obreros que se declaran en huelga, arrolla las libertades individuales y políticas, desabastece el país de alimentos para entregar los productos a los monopolizadores marxistas del mercado negro… Cuando un gobierno procede así, el derecho a la rebelión se convierte en un deber. Es un derecho jurídico, proclamado por todos los tratadistas e historiadores, como el padre Juan de Mariana en España.
* Si desean saber más sobre el hundimiento de la economía chilena en los años de gobierno de Salvador Allende, pueden consultar este artículo publicado el pasado año en Libre Mercado.