El conflicto laboral en el aeropuerto de El Prat se encona. A falta de que los trabajadores de Eulen destinados en los cargos de seguridad voten en asamblea el jueves la propuesta de mediación de la Generalidad, que incluye una subida salarial de 200 euros frente a los 350 que reclama el comité de huelga, cuarenta de ellos han decidido coger la baja médica para contrarrestar la llegada de sesenta nuevos empleados para reforzar los controles.
A pesar de que hasta el viernes no hay convocados más paros parciales, las colas siguen en los accesos. Este miércoles, las esperas de los viajeros eran de más de una hora en las filas de las terminales. La empresa y Aena acusan a los organizadores de la protesta de llevar a cabo una huelga de celo. De hecho, durante los paros programados días atrás los tiempos de espera para pasar los arcos de seguridad fueron menores que en los días sin huelga.
El comité de huelga aceptó el martes someter a votación de la asamblea la propuesta de la consejería de Trabajo de la Generalidad, que la empresa ya ha aceptado. Sin embargo, los dirigentes sindicales dudan de que los empleados de Eulen, unos 350 en el aeropuerto barcelonés, acepten las subidas salariales y las mejoras de sus condiciones laborales.
La medida de las bajas colectivas parece abonar la tesis del comité de huelga y enfría el optimismo del ministerio de Fomento sobre una rápida resolución del conflicto.
Los trabajadores de Eulen en los arcos de seguridad cobran algo más de novecientos euros y aspiran a una subida salarial del treinta por ciento. Tanto los partidos y organizaciones separatistas como la propia administración autonómica acusan al Gobierno de abandonar el aeropuerto de El Prat a su suerte y denuncian la licitación a la baja de las seguridad y que es el único enclave aeroportuario en el que se registran problemas este verano. Sin embargo, la Generalidad también confía en Eulen en sus aeropuertos regionales de Lérida y Gerona.