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Javier Fernández-Lasquetty

Tarifa plana de impuestos: una propuesta italiana

¿Es posible -y justo- que todos paguemos impuestos por el mismo porcentaje de nuestra riqueza?

¿Saben los españoles que, como media, han trabajado prácticamente la primera mitad del año para pagar al Estado? En concreto, hasta el 28 de junio pasado, que fue el Día de la Liberación Fiscal, según el estudio anual que hace Civismo. Es cierto que en ese cálculo se incluyen las cotizaciones a la Seguridad Social, pero si las descontamos seguimos teniendo que un número descomunal de días se trabajan para pagar impuestos directos e indirectos.

Recordémoslo: los impuestos son una cantidad de dinero que mediante coacción otros sacan de tu bolsillo -y tú, aún sin quererlo, lo estás sacando del bolsillo de los demás-. Poco tienen de justos, por tanto. Se podrá discutir si son o no inevitables, y en qué grado lo son, pero nada tiene de intrínsecamente justo privar a los demás de su propiedad sin su consentimiento.

Por eso da tanta alegría que uno de los think tank liberales más combativos de Europa, el Instituto Bruno Leoni, haya lanzado una propuesta muy bien elaborada, abogando por una flat tax de un 25% para todos los impuestos en Italia. El instituto que lleva el nombre del gran jurista liberal italiano Bruno Leoni, propone sencillamente aplicar a los impuestos la misma filosofía de tarifa plana que aplicamos a tantos servicios que libremente contratamos, como las telecomunicaciones o el entretenimiento. Un grupo de académicos de importantes universidades italianas, dirigidos por el profesor Nicola Rossi, de la Università di Roma Tor Vergara, ha elaborado el documento que ahora está discutiendo toda Italia.

El proyecto 25xtutti se compone de cuatro propuestas: 1) tarifa única del 25% para todos los impuestos directos e indirectos; 2) abolición de determinados tributos; 3) introducción de un "mínimo vital" sujeto a determinadas condiciones; y 4) redefinición de determinados programas de gasto público y de su financiación. Esto último, desde luego, es vital: bajar los impuestos sin bajar el gasto público no tiene nada ni de liberal, ni de sensato, ni de justo.

Que los impuestos tengan una tarifa plana no es algo desconocido. Más de treinta países del mundo funcionan así. Muchos de ellos son países pequeños, o que vienen de grandes catástrofes, como algunos de los que se liberaron del bloque soviético. Pero entre ellos están algunas de las economías más dinámicas del mundo, como Hong Kong, que desde hace setenta años tiene un modelo que en la práctica funciona como un flat tax. Los impuestos de varios estados norteamericanos también siguen un sistema de tarifa plana: Massachusetts, Pennsylvania, Illinois, Indiana, etc.

El Instituto Bruno Leoni ha calculado que, con su proyecto, la presión fiscal en Italia bajaría del 43,4 al 39,4% (que tampoco es lo que se dice desmantelar el sector público). 4 puntos del PIB italiano pasarían del sector público al sector privado, o sea al ámbito de las decisiones libres de los individuos y las empresas.

Hay muchos elementos discutibles en la propuesta italiana. El primero, la propia tarifa del 25% que se propone. Hong Kong funciona con un 15%, por ejemplo. También se podrá discutir si ese "mínimo vital" no puede ser un injusto sistema que permita a algunos vivir sin trabajar ni buscar trabajo. Por estas y otras razones no pretendo que sea una propuesta óptima, pero sí digo que éste es un debate deseable y de los que vale la pena.

Ese debate ya ha prendido en Italia. Hay una discusión intensa en los medios de comunicación. Un ex primer ministro italiano de la izquierda moderada, Lamberto Dini, se ha declarado favorable, mientras que otro, Romano Prodi, es contrario. Los detractores, por supuesto, critican la supuesta injusticia de la desaparición de las escalas de tributación en función de la renta, pero como dice Alberto Mingardi, director del Instituto Bruno Leoni, ¿estamos seguros de que no es más injusto un sistema tan complejo como el actual, en el que algunos pueden utilizar en su propio beneficio la propia complejidad del sistema?

Ahí está el debate lanzado, en una de las primeras economías del mundo. Ojalá ese debate comenzara en España. Pero en nuestro país nadie ha tenido una idea nueva sobre los impuestos desde que Aznar hiciera lo contrario que sus predecesores y sus sucesores: bajarlos en vez de subirlos. Pero de eso ya han pasado casi veinte años, y los países que no se reforman, languidecen. Y más languidecerá si no se pone fin a la escalofriante subida de la deuda pública, el mayor ascenso de la OCDE.

En Libre Mercado

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