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Polémica entre la Comisión Europea y Bélgica por las patatas fritas

La CE prepara una nueva medida para obligar a las empresas alimentarias a reducir la acrilamida.

La CE prepara una nueva medida para obligar a las empresas alimentarias a reducir la acrilamida.
Las patatas fritas belgas son muy populares | Pixabay/CC/forumkrakow

La Comisión Europea (CE) ha asegurado este martes que no va a "vetar" las patatas fritas belgas por la acrilamida, un componente que según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) puede ser cancerígeno y del que el Ejecutivo comunitario busca reducir los niveles con una nueva medida legislativa.

"La CE no tiene ninguna intención de vetar las patatas fritas belgas o cualquier otro tipo de patatas fritas", afirmó el portavoz comunitario Margaritis Schinas en la rueda de prensa diaria del Ejecutivo comunitario, después de que el ministro flamenco Ben Weyts (N-VA) enviara una carta preocupado por la situación.

En la misiva, Weyts manifestó al comisario de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, su inquietud ante una nueva propuesta de la CE para reducir la presencia de este componente, que se puede formar al cocinar o procesar los alimentos a temperaturas elevadas.

El ministro "apoya plenamente la lucha por la salud", pero llama a "proceder con prudencia y no tomar medidas que tendrían consecuencias considerables e imprevistas" en el "rico patrimonio gastronómico belga".

La polémica está servida en Bélgica, donde los defensores de las frites inciden en que esta nueva propuesta de la CE, que en su borrador propone"escaldar las patatas cuando sea posible" en lugar de freírlas, podría poner en peligro el supuesto secreto de las patatas fritas belgas: fríen el producto dos veces.

La CE prepara una nueva medida para obligar a las empresas alimentarias a reducir la acrilamida, a la que están expuestos en mayor medida alimentos a base de patata, cereales y café (o sustitutos del café), y que se produce a través de la reacción química que "tuesta" la comida cuando se cocina a alta temperatura (más de 150 grados centígrados).

En particular ocurre durante la fritura y el horneado a temperaturas superiores a 100 grados de alimentos vegetales ricos en azúcares y pobres en proteínas.

El borrador de la propuesta de la CE está publicado online y sometido a consulta pública desde el 9 de junio, donde cualquiera puede hacer sus aportaciones durante cuatro semanas desde esa fecha.

La presencia de este componente en los alimentos fue detectada en 2002 e investigada desde entonces para reducir su incidencia, especialmente desde que la EFSA declaró en 2015 que aumenta el riesgo de sufrir cáncer.

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