"Hablar de populismo para un cubano es hablar de lo que hemos conocido durante toda nuestra vida, porque esa forma de ejercer el poder ha servido para socavar la libertad y sostener el autoritarismo durante décadas". Así de tajante se mostró la periodista y disidente cubana Yoani Sánchez durante su participación en el X Foro Atlántico de la Fundación Internacional por la Libertad (FIL).
A lo largo del evento, Yoani declaró que "la muerte de Fidel Castro ha iniciado un nuevo momento, que podríamos llamar de post-populismo en Cuba. En breve, Raúl Castro dejará el poder. Tiene casi 90 años y sabe que no puede seguir siendo la cara del régimen. Su plan es dejar todo atado para dar un paso atrás y manejar la isla desde bambalinas".
La también filóloga aseguró que "la premisa central del castrismo fue un trueque entre libertad y seguridad. Había que decirle adiós a las libertades burguesas a cambio de una supuesta estabilidad y de un supuesto bienestar que nunca llegó. Pero el populismo no se entiende sin la farsa continuada. Por eso, el régimen siempre buscó formas de reinventar su propio discurso. No hay que olvidar que el propio Fidel Castro negó por activa y por pasiva todo tipo de vínculo o de simpatía con el comunismo".
"Desde el comienzo, se lanzaron leyes para "reordenar la riqueza". Nunca les preocupó la creación de riqueza, pero como buenos ladrones sí sabían cómo repartir el botín. La estrategia inicial era la acumulación de prestigio internacional a base de repartir la riqueza del país, generada durante generaciones y dilapidada en cuestión de años", recordó Sánchez.
"La sociedad civil está tan perseguida en Cuba que una reunión de tres personas ya puede ser considerada delito. Pero lo más terrorífico del modelo que han implantado los Castro es el sistema de chivatazos. No necesitan micrófonos o innovaciones tecnológicas: basta con saber que cualquier vecino te puede entregar a la policía para garantizar que toda la isla sea una cárcel…", explica.
Según la disidente, "los periódicos, las radios y las revistas fueron sometidos por el Partido Comunista y convertidos en correas de transmisión del castrismo. Hoy existen alternativas, gracias a internet. Todo por supuesto muy clandestino y precario, pero valioso para que siga la llama viva. Y esa llama es especialmente importante ahora que el régimen se ha quedado sin su líder, su símbolo, su referente y su figura de cabecera".
La situación económica de la Cuba de 2017
"A los Castro les desarmó el deshielo de las relaciones con Estados Unidos. Desde finales de 2014, ya no le pueden echar la culpa de todo a Washington. Para reprimir la libertad, el régimen sabía que era fundamental retener aquel argumento propagandístico, que tanto han cultivado sus principales apoyos", señala.
La periodista apunta que "el año pasado, en 2016, nacieron 8.000 niños menos que en 2015. Nadie quiere tener hijos en una isla que es una ruina. Además, a pesar del maquillaje estadístico, las cifras oficiales ya reconocen que el pasado año se dio una caída del PIB cercana al 1 por ciento. La economía no puede ir peor".
"Nunca hubo milagro cubano", afirma Yoani, "sino que hemos vivido de subsidio en subsidio: primero fue la Unión Soviética; ahora Cuba recibe petróleo venezolano (llegaron a ser 100.000 barriles al año), y ya hay noticias de que Rusia entrará próximamente en juego, ante la caída de las ayudas de Venezuela".
"Poco a poco se desmorona el supuesto glamour de la realidad cubana y sale a la luz la miseria. Los jóvenes son muy apolíticos, se puede decir incluso que son apáticos, pero yo los prefiero apáticos que fanáticos. De la apatía se sale. Del fanatismo, lo veo mucho más difícil", concluyó la disidente cubana.